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El feminicidio en Ciudad Juárez: Su pasado, presente y futuro
Una mañana de julio de 1995, Silvia Morales se marchó para la escuela pero nunca llegó
(Livingston 59). Se encontró su cadáver dos meses después. Ella tenía 17 años. En febrero de 1999, el encargado de una maquiladora despidió a Irma Angélica Rosales, de 13 años de edad. Su cuerpo apareció en una zanja del drenaje ese mismo día. En septiembre de 2001, una adolescente de 19 años, Luna Guadalupe, viajaba a la casa de una amiga cuando desapareció. El mes siguiente, Claudia González, de 20 años de edad, llegó tarde a su trabajo en una maquiladora y se la prohibió la entrada. En noviembre de 2001, los restos de Luna Guadalupe, Claudia González y seis otras mujeres fueron descubiertos en una tumba poca profunda. ¿Quiénes eran esas mujeres? ¿Por qué fueron matadas? ¿Cuál es la importancia de sus vidas y de sus muertes?
Silvia, Irma, Luna y Claudia representan víctimas de una epidemia del feminicidio que plagaba y sigue plagando Ciudad Juárez, México. El presente artículo se centra en una pregunta de investigación principal: ¿Representan los feminicidios un evento aislado que permanecerá en las décadas pasadas o un elemento integrado en la cultura que continuará en las décadas próximas? Antes de examinar esta pregunta, es necesario preparar la escena con una descripción teórica del feminicidio. La violencia de género existe como un continuo, en lo cual el daño infligido a las mujeres por las manos o las palabras de los hombres varía (Monárrez Fragoso 283). El continuo incluye acciones de insulto, abuso emocional, manipulación psicológica, violencia doméstica, violación y mutilación genital, entre otras (286). La categoría más drástica de la violencia de género es el feminicidio, porque no lleva solamente al padecimiento o al sufrimiento, sino también lleva a la muerte de las mujeres o las niñas (Olivera 105). El feminicidio se define como “el asesinato misógino de mujeres por hombres” (Monárrez Fragoso 283). La académica Diana Russell presentó el término al campo de los estudios de género en 19761 para describir las muertes causadas “por el solo hecho de ser mujeres, o por no serlo de la manera ‘adecuada’” (282-283, 286). El feminicidio se puede encontrar en las sociedades patriarcales de todo el mundo como una expresión del dominio de lo masculino sobre lo femenino (284). Los perpetradores son cualquier persona conocida o desconocida a la víctima, y los motivos incluyen las sensaciones de ira, placer o celos (287). Aunque el feminicidio es un concepto global, existe con una tasa elevada en una ubicación específica – Ciudad Juárez.
Ciudad Juárez es separada de El Paso sólo por el Rio Grande, así que en este sitio el estado mexicano de Chihuahua se encuentra con el estado americano de Texas. Desde 1993, la ciudad ha sufrido el asesinato sistemático, el feminicidio, de las mujeres y las niñas (Livingston 59). No está claro cuántas mujeres han sido víctimas del feminicidio en Ciudad Juárez, porque existen discrepancias numéricas entre las fuentes (Mata 15). Una estimación declara que menos de 400 mujeres fueron asesinadas entre 1993 y 2010, mientras otra concluye que había más de 1.000 víctimas entre 1993 y 2012 (Pantaleo 349, Pfleger 111). Es probable que el número correcto caiga entre los polos opuestos de 400 víctimas del feminicidio y 1.000 víctimas del feminicidio. En cualquier caso, un hecho está claro – “las cifras son escalofriantes,” y cientos de mujeres en Ciudad Juárez han perdido sus vidas por la violencia misógina (Pfleger 111). Algunos patrones existen entre los casos del feminicidio, y son importantes para contextualizar el problema. La mayoría de las víctimas son jóvenes, entre un promedio de 11 y 22 años
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