Respuestas
Respuesta:
Cabeza: Los dolores de cabeza se presentan más comúnmente cuando estás estresado. El estrés es un disparador común de las cefaleas y migrañas de tipo tensional, y puede desencadenar otros tipos de cefaleas o empeorarlas.
Estómago: El estrés y la ansiedad pueden provocar que tus digestiones sean más pesadas. Y eso puede estar acentuado por molestias como la acidez y el ardor de estómago. Para evitarlo, te recomendamos mantener un orden en tus comidas, haciéndolas siempre a la misma hora aproximadamente.
Manos: El estrés provoca adrenalina lo que causaría que nuestras manos suden más de lo habitual. Tensiones musculares, como consecuencia temblarían, también el lavado de manos excesivo es provocado por el estrés y las afectaría con Sequedad, descamación e incluso eccema irritativo de manos, que puede conllevar rojeces, grietas, picor, escozor e incluso dolor.
Dormir: El estrés en el trabajo es uno de los factores de riesgo que pueden provocar insomnio transitorio (dura menos de tres semanas) o insomnio crónico primario (de más de tres semanas) ya que la persona estresada sufre una situación de hiper alerta que dificulta su sueño.
Apetito: Lo habitual es que en estado de estrés, exista más apetito. Ello se relaciona con una red de cambios bioquímicos entre los que destaca un gasto excesivo de la “hormona de la satisfacción”, la serotonina. El instinto de satisfacción suele vencer lo razonable en esos momentos.
Corazón: Incluso por sí solo, el estrés constante puede tensionar su corazón de varias maneras. El estrés aumenta la presión arterial. El estrés aumenta la inflamación en su cuerpo. El estrés puede aumentar el colesterol y los triglicéridos en la sangre.
Músculos: La tensión muscular como consecuencia del estrés puede causar dolores de cabeza, dolor de espalda y hombros y dolores corporales.
Explicación paso a paso: