• Asignatura: Geografía
  • Autor: nicomartorell395
  • hace 2 años

que semejanzas y diferencias identificas en estas dos regionalizaciones??

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Respuesta dada por: silveiraanthony616
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Respuesta:

Cuando se nos presenta una regionalización, nos encontramos frente a un producto -ya sea bajo la forma de una imagen cartográfica o de una descripción más o menos detallada- que se supone el punto de llegada de un proceso previo de elaboración conceptual. Más allá de las diferentes retóricas de las geografías regionales, toda regionalización es un modo de organizar diferencias identificadas en un territorio, y de inscribir modalidades de visualización y de narración de esas diferencias. En Argentina han primado las concepciones que entienden que el resultado práctico de toda geografía regional debe ser, necesariamente, una regionalización con características de partición espacial, es decir, una “división exhaustiva y mutuamente excluyente en sub-áreas” de un área mayor, tal que las partes nunca se superpongan total ni parcialmente (Vapñarsky, 1998). El sistema de partición espacial requiere de una delimitación precisa tanto del área que se toma como “todo” como de las áreas-partes en que se sub-divide ese todo. Desde esta concepción, el establecimiento preciso de los límites o umbrales de las diferencias cobra una importancia central, y lleva a aproximar enormemente la regionalización a un ejercicio clasificatorio. Las preocupaciones suelen desplazarse hacia el método de separación o corte que permitirá determinar “el umbral por encima del cual habrá diferencia y por debajo del cual habrá similitud” (Foucault, 1967, 58). Una vez realizadas estas operaciones en el plano conceptual, el problema se traslada rápidamente al de la demarcación espacial, ya sea sobre el mapa o sobre el terreno.

Sin embargo, el acento puesto en los dilemas de la delimitación ha llevado frecuentemente a olvidar dos elementos importantes: en primer lugar, que los problemas del sentido de una regionalización no se resuelven esclareciendo sus procedimientos metodológicos. El fundamento de una regionalización se ubica en la conceptualización del objeto para cuyo abordaje se practica el establecimiento de las diferencias. Son, entonces, las teorías de la regionalidad las que orientan en última instancia los ejercicios de regionalización, y las que proporcionan los materiales con los que se escriben los textos regionales. En este sentido, cabe recordar nuevamente que no todas las teorías de la regionalidad trabajan con el imperativo de la partición[6].

El segundo elemento a considerar es que cuando esta concepción regional se aplica a un territorio estatal, el resultado será necesariamente la creación –aunque fuera en un plano estrictamente imaginario- de divisiones territoriales. Incluso cuando estas divisiones se construyen en el espacio simbólico de los mapas sin llegar a convertirse en divisiones institucionales del territorio, operan como dispositivos de diferenciación geográfica en la medida que organizan las intervenciones de algún actor de manera perdurable, o por lo menos la simbolización de estas intervenciones. Esto ocurre cuando se instituyen como divisiones institucionales de algún nivel del Estado, pero también en la medida que actúan como cartografía explícita o implícita de cualquier institución, práctica o discurso, dando lugar a cierta fijación geográfica de los límites y las áreas que la regionalización inscribe.

Aquí cabe volver a situar las prácticas de regionalización y las teorías de la regionalidad en el contexto local de significaciones y de instituciones. La Argentina presenta un caso peculiar: siendo un país federal, integrado por 24 estados autónomos (provincias) (ver figura 1), la división regional tendió históricamente a resolverse en unidades geográficas que no agrupaban provincias en un nivel superior e intermedio con el del Estado nacional. Como se verá en enseguida, las regionalizaciones dominantes en la escuela cortan por el medio territorios provinciales y reparten los pedazos para forman unidades con límites diferentes de los político-administrativos. Más aún, la geografía dictada en la escuela ha enseñado que, por definición, las “regiones” no son -ni pueden ser- divisiones administrativas o políticas[7]. Esta noción sigue presente en el uso corriente del término “región” en la Argentina, y ha evitado que las provincias (estados autónomos del sistema federal) sean concebidas con un nivel o escala regional de gobierno[8]. Por el contrario, en la historia política y cultural argentina las “regiones” se han concebido siempre como espacios alternativos a las divisiones provinciales, aún cuando la alusión a “la cuestión regional” metaforice de manera confusa los derechos consagrados por el sistema federal.

Explicación:


nicomartorell395: no es lo que pregunte
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