contexto que nos permite la democracia Cuáles son algunas actividades
buenas noches amigas/os me podían ayudar es para hoy doi coronas que quieran
Respuestas
Respuesta:
Cuando en el 2013 editamos el libro Pensar
la democracia. Treinta ejercicios para
trabajar en el aula nos interesaba impulsar
en la escuela una reflexión sobre la
experiencia democrática iniciada en
1983. Aquel libro incluía lo que llamamos
el “Ejercicio 31”, un estímulo a que los estudiantes,
con el acompañamiento de sus
docentes, produjeran trabajos escritos o
audiovisuales sobre cómo se vivieron estas
tres décadas de democracia en los
diferentes rincones del país.
No es casual que esta propuesta del Ministerio
de Educación de la Nación, impulsada
por el Programa “Educación y Memoria”,
haya asumido la forma de una “convocatoria”,
porque el acto mismo de convocar
implica reconocer que los sentidos de la
democracia no están prefijados de antemano
y que no hay intérpretes últimos y
exclusivos del bien común, sino que éste
se construye colectivamente articulando
diversas perspectivas para producir juntos
nuestros consensos y nuestros disensos.
La figura de “convocatoria” es quizás
una de las más adecuadas y coherentes
con una concepción democrática de la
educación, ya que supone que el conocimiento
significativo es el que resulta de
aquellas prácticas pedagógicas que asumen
tanto la mediación de la institución y
del docente como el protagonismo de los
adolescentes y jóvenes.
Por otro lado, uno de sus objetivos centrales
consistía en vincular a la escuela
con las experiencias locales del pasado
reciente y del presente, ya que estimulaba
a investigar, preguntar, indagar sobre qué
había pasado en la comunidad durante
las últimas décadas, poniendo el foco en
las luchas y en los logros, en los avances
y en las injusticias.
En síntesis, esta propuesta pedagógica
lanzada en el año 2013 y discutida durante
todo el año siguiente en las aulas,
los encuentros regionales, las presentaciones
del libro en las escuelas, los debates
de la Red Nacional de Educación
y Memoria, tiene como fundamento pensar
que solamente hay calidad en los
aprendizajes cuando el conocimiento es
también reflexión sobre los problemas de
nuestra historia, de nuestro presente y de
nuestra comunidad.
Por eso la “convocatoria” no fue una mera
“invitación”, no alcanzaba con “hacerse
presentes” ni se trataba de “hacer la tarea”;
demandaba que la participación y
el compromiso fueran ejercidos de manera
protagónica. Y en este sentido, los
treinta trabajos seleccionados muestran
la potencia y creatividad que nuestros estudiantes
y docentes pueden desplegar
cuando se sienten protagonistas.
Los lectores de este libro advertirán la
riqueza de los trabajos recibidos. Esta
riqueza, en buena medida, está ligada al
hecho de que tanto estudiantes como docentes
se reconocen sujetos de derecho.
A lo largo de estas páginas podemos
DE LA PARTICIPACIÓN AL PROTAGONISMO
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apreciar a jóvenes con ideas propias,
con ánimo de emanciparse. Y no se trata
de una emancipación que va en contra
de los adultos, sino junto a ellos. Razones
como esta nos impulsan a luchar por la
inclusión educativa, para que la escuela
sea cada día más un lugar para pensar,
para compartir, para encontrarse con los
otros, para convivir.
Explicación: