• Asignatura: Religión
  • Autor: ariannajeridhuaman
  • hace 2 años

mateo 10,8 analizacion

Respuestas

Respuesta dada por: salomearenasherrera
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Respuesta:

Lo que trato de enseñarles aquí es que ¡Todo en la vida tiene un precio! y Mateo 10:8 no dice lo contrario. Pero en ciertos miembros de la iglesia se ha anclado la CULTURA DE LO GRATUITO, piensan que por ser cristianos se deberían hacer descuentos “a los de la familia de la fe” o mejor aún, no cobrarles nada por los servicios o productos de tu ministerio-emprendimiento. Si así fuera Cristo nunca hubiese dicho “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Las personas que quieren todo gratis o que piden constantemente rebajas son mal intencionadas y abusan de la gracia. Fue el propio Pablo quien dijo, “¿abusaremos entonces de la gracia? en ninguna manera!” (Romanos 6:1).

Recuerdo que en cierta ocasión cuando era director de un seminario teológico un pastor me llamó para que le “prestase” la capilla del seminario pues su nieta se iba a casar. Con todo gusto ––le dije––, pero debe aportarme una cantidad de dinero por concepto de gastos logísticos ––añadí––. Eso fue suficiente para ganarme una insultada gratis por parte de mi interlocutor que se encargó de enrostrarme que él era superior a mí en años, experiencia y rango y que me iba a reportar a mi superior. ¿Historia corta? Le dije: “Pastor, Dios te bendiga, puedes decir todo lo que quieras pero la capilla del seminario (que es muy bonita por cierto y ubicada en un barrio elegante) se presta siempre y cuando me ayudes a pagar los gastos que ese evento implica”. Nunca más supe de él, imagino que todavía me está reprendiendo en el nombre de Jesús.

Reflexiona en esto: ¿Acaso pides descuento a la cajera del supermercado cuando te toca pagar la cuenta sólo porque eres “hijo de Dios”, “pastor”, “obispo”, “misionero”? Por supuesto que no, en silencio asumes que debes pagar lo que compraste porque es normal, es lógico, “es lo justo”, así el precio sea caro.

FINALMENTE…

Los que citan Mateo 10:8 suelen decir, “¿Cobró Cristo por sanar enfermos, dar vista a los ciegos, dignificar a las rameras, enseñar el evangelio?”. Yo les digo: ¡No, no cobró ni un solo centavo!, y a eso es lo que precisamente se refiere el versículo tan mencionado en este artículo. Jesús nos declara que no debemos hacer un negocio de la fe (vendiendo la sanidad, el mensaje de salvación, la dignificación, la restauración de las personas). Pero piensen en esto, aunque no se debe cobrar por transmitir el evangelio y todas las bondades que ellos implica siempre se requerirá de dinero para hacerlo.  POR EJEMPLO: Alguien tendrá que pagar el precio de la estación radial, del canal de televisión, del estadio donde se celebrará la campaña evangelista, etc. Y si dices, “es que el hermano Pepe regaló el espacio en la radio, no nos cobró nada”, ¡por favor no seas iluso! ese regalo en realidad involucra un costo y ese costo fue asumido por el hermano Pepe que de buena voluntad lo donó…, ¡pero no puedes esperar siempre que te regalen el espacio de la radio!, no puedes vivir esperando que te den todo gratis. Es la ley de la vida, irrefutable y perfecta.

Este mundo se mueve en base a transacciones financieras por lo que no debemos asustarnos, molestarnos o escandalizarnos cuando nos enteremos que “fulano cobra por dar un curso de batería incluso dentro de la iglesia”. ¿O no recuerdas que la viuda vendió el aceite y gracias a ello logró saldar la deuda que su marido le dejó con el acreedor? (me estoy refiriendo a la viuda endeudada del A. Testamento en los tiempos de Eliseo). A ella se le concedió el milagro del aceite de manera gratuita (gracia), pero la orden de Eliseo fue clara: “Ve y VENDE el aceite, y paga tus deudas. Con el dinero que te sobre, podrán vivir tú y tus hijos” (2ª Reyes 4:7). El profeta NO le dijo: “Mira, como recibiste un milagro gratuito no sería ético que vendas el aceite pues de gracia recibiste así que de gracia debes dar, mejor ve y dale toda tu producción a los pobres y verás cómo te bendecirá Dios”. Afortunadamente la viuda entendió lo que tenía que hacer: Vivir de su producto, sacarle partido a su talento. Tres palabras claves se desprenden de ese relato bíblico: VENDE, PAGA, VIVE (2ª Reyes 4:1-7).

Explicación:

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