Bosques nativos en Argentina
Mucho se ha hablado en los últimos años, en Argentina, de los bosques nativos, del uso que se les da y de los problemas que ese espacio natural tiene que afrontar año a año, desde los incendios hasta el desmonte con fines agropecuarios, es decir, privados. Pero ¿qué es un bosque nativo?
Los Bosques Nativos son aquellos que se han formado y establecido sin la
intervención del hombre y, al igual que el suelo y el agua, son sistemas vitales, con una importante aunque limitada capacidad de autoconservación y autorregulación. Los mismos presentan una máxima complejidad conformada por una enorme diversidad de especies de plantas y animales que interactúan entre sí y que se necesitan para vivir.
El bosque nativo involucra muchísimos beneficios indispensables para la
continuidad de la vida sobre el planeta, como microclimas, refugio de animales y
plantas, protección de los suministros de agua potable y fertilidad de suelos, fuente de energía, lugar de vida de comunidades campesinas y aborígenes y lugar de producción de recursos forestales y de productos no madereros (miel, medicinas, fauna silvestre).
También son una fuente de información climática almacenada en sus troncos por
siglos y un receptor de carbono capaz de hacer frente al cambio climático, absorbiendo una parte importante del carbono que la actividad industrial y automotriz libera a la atmósfera.
Desde hace años, en Argentina se produce soja, un tipo de cultivo muy cotizado
que requiere espacio para su desarrollo. Desde entonces, muchos de estos bosques fueron talados o quemados, y donde estaban ahora se plantó soja. Se estima que un promedio de unas 250.000 hectáreas de bosque cada año pasan a ser cultivadas con soja o utilizadas para albergar el ganado que es desplazado por la soja.
En noviembre de 2017 se sancionó de la conocida “ley de bosques” o de
Presupuestos Mínimos para la Protección de los Bosques Nativos de la Argentina. Esta ley obliga a las Provincias a realizar tareas de ordenamiento y cuidado de sus
respectivas superficies de bosques nativos con el objeto de determinar qué áreas deben ser transformadas, protegidas o manejadas forestalmente. Es decir que por primera vez la Argentina conceptual mente acepta que dispone de una importante superficie del país que será destinada a la obtención de recursos productivos, pero sin que el bosque pierda su condición de tal.
Es necesario aclarar que, así como el resto de los sistemas vitales, los bosques
nos pertenecen a todos los ciudadanos por igual. Su quema, alteración o destrucción son delitos que atentan contra el patrimonio de todos, así como también contra el hábitat de miles de especies de todo tipo.
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Bosques nativos en Argentina
Mucho se ha hablado en Argentina, de los bosques nativos, del uso que se les da, desde los incendios hasta el desmonte con fines agropecuarios. Pero ¿qué es un bosque nativo?
Los Bosques Nativos son aquellos que se han formado y establecido sin la intervención del hombre, está conformada por una enorme diversidad de especies de plantas y animales que interactúan entre sí y que se necesitan para vivir.
El bosque nativo involucra beneficios indispensables para la vida, como microclimas, refugio de animales y plantas, protección de los suministros de agua potable y fertilidad de suelos, fuente de energía, lugar de vida de comunidades campesinas y aborígenes y lugar de producción de recursos forestales y de productos no madereros (miel, medicinas, fauna silvestre).
Desde hace años, en Argentina se produce soja. Se estima que un promedio de unas 250.000 hectáreas de bosque cada año pasan a ser cultivadas con soja o utilizadas para albergar el ganado que es desplazado por la soja.
En noviembre de 2017 se sancionó de la conocida “ley de bosques” o de Presupuestos Mínimos para la Protección de los Bosques Nativos de la Argentina. Esta ley obliga a las Provincias a realizar tareas de ordenamiento y cuidado de sus respectivas superficies de bosques nativos con el objeto de determinar qué áreas deben ser transformadas, protegidas o manejadas forestalmente. Es decir que por primera vez la Argentina conceptualmente acepta que dispone de una importante superficie del país que será destinada a la obtención de recursos productivos, pero sin que el bosque pierda su condición de tal.
Así como el resto de los sistemas vitales, los bosques nos pertenecen a todos los ciudadanos por igual. Su quema, alteración o destrucción son delitos que atentan contra el patrimonio de todos, así como también contra el hábitat de miles de especies de todo tipo.