Respuestas
Respuesta:
Es lógico que el político desee el poder, porque con independencia de la ideología propia de su partido, quiere lograr una sociedad más justa, dentro y fuera del país, de la comunidad, de la localidad, que gobierna. Pero cuando se busca el poder por el poder, el poder como prestigio, se entra en una dinámica en la que no hay marcha atrás. Y el ansia de poder se convierte en una obsesión, y el que la padece “enferma”. Enferma, porque cree que permanecer en el poder es un premio, es un merecimiento ( por ejemplo: Rajoy, dice que no encontraran otro candidato mejor que él) Y en su “borrachera de engreimiento”, cree que lo puede todo, que todo es suyo, que pueden disponer lo que se les antoje. El político obsesionado con el poder, olvida que está al servicio del pueblo al que representa, que es el eco de la voz es el pueblo, y en su lugar lo doblega para su santa voluntad