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Las enfermedades respiratorias y diarreicas ocupan los primeros lugares de morbilidad y mortalidad en los países en vías de desarrollo. Debido a la frecuencia con que se presentan estas enfermedades, la prescripción y la automedicación de antibióticos para las mismas se ve favorecida. Se ha considerado que el uso inapropiado o excesivo de antibióticos genera la aparición de cepas resistentes, fenómeno que se ha hecho muy evidente en el ámbito hospitalario,1 a pesar de que existen guías o normas para el manejo de los mismos.2 Aunado a ello, la resistencia bacteriana secundaria al uso indiscriminado de antibióticos para el tratamiento de infecciones comunes ha sido poco investigada.
Levin y colaboradores3 concluyeron en un estudio que con la cesación del uso de los antibióticos se reduciría la frecuencia, la diseminación y la evolución de plásmidos y genes mediadores de resistencia. Sin embargo, en la práctica clínica esto no es viable, ya que los antibióticos no pueden dejar de usarse. Es innegable que al administrar un antibiótico, además de que se actúa contra el patógeno supuesto, también se afecta a los gérmenes comensales de la nasofaringe y el intestino, así como a otros hábitats bacterianos presentes en el humano. A partir de un modelo matemático se ha demostrado la influencia que puede tener un antibiótico sobre la genética de poblaciones bacterianas y su resistencia a antibióticos.3 Ello permite sugerir que, a pesar de que se haga un juicioso uso de los antibióticos, la disminución de los porcentajes de resistencia en poblaciones bacterianas comensales y patógenas es moderada; inclusive, si se deja de usar un antibiótico, no es de esperarse que las bacterias regresen a los niveles de sensibilidad del pasado. Por lo anterior, la única medida para retrasar la multirresistencia bacteriana es el uso prudente de los antibióticos.
En este trabajo nos proponemos describir el comportamiento de la resistencia bacteriana a los antibióticos en los principales patógenos que causan infecciones respiratorias y entéricas, destacando algunos aspectos esenciales en cada grupo bacteriano. Por la extensión del manuscrito no se describirán los detalles finos sobre los mecanismos de esta resistencia.
Entre las bacterias de importancia clínica que con mayor frecuencia causan infecciones respiratorias destacan, en los casos de infecciones respiratorias altas, el Streptococcus pyogenes y, en los de infecciones respiratorias altas y bajas, el Streptococcus pneumoniae y el Haemophilus influenzae