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Respuesta:
Todavía en el siglo XIX, nuestro país representaba el prototipo de la sociedad hermé- tica. A España solo llegan los viajeros más intrépidos, aquéllos que tratan de encontrar el contrapunto más sorprendente, convencidos de que España encerraba el mapa del atraso y de la indolencia, donde vivían unas gentes que estaban más cerca de África que de Euro- pa, como señala F. García de Cortázar. Es así que todos estos viajeros extranjeros que des- cubren España en el siglo XIX lo hacen para construir el relato de una aventura. Los tex- tos de estos viajeros extranjeros que llegan a España, ya desde el siglo XVIII, abundan reiterativamente en una larga nómina de aspectos, no sin cierto pintoresquismo: los cami- nos son tortuosos, los ríos casi infranqueables, las posadas frías y tristes, las villas y las ciudades llaman la atención por su sordidez y las costumbres son inauditas.13Explicación: