Respuestas
Respuesta: El os dirá cantando
Dadle al Poeta
la cuchara del albañil.
Dadle la cal
y los cantos de las cunas.
Dadle las palabras
que crecen entre surcos.
Dadle todas las lágrimas
que contiene una hora de vida.
Dadle la música
de los silencios ciudadanos.
Y dadle un poco de viento
para que pueda fabricar los sueños.
Dadle al Poeta
la sal ardida del mar.
Dadle el primer impulso de las vírgenes,
y la primera mentira
que nuestros hijos encienden.
Y un poquito de Luz,
un poquito de Luz como una rosa.
Dadle los rostros y las cosas
sin términos gastados.
Y la mirada recta de los simples.
Me diréis: ¿Para qué,
si los Poetas, tienen
la luna y los espejos?
Es que el canto se ha deshecho
y nos quedan hilachas
como el humo de los trenes.
Entonces,
dadle al Poeta
la cuchara del albañil.
El os dirá cantando
cómo se construyen los hombres puros.
El pájaro es igual que el corazón
El pájaro es igual que el corazón
y a veces se distrae
en contemplar su propio drama.
Un hombre,
un pobre hombre,
un día tiene un gesto como si diera al tiempo
su propio ser,
su dimensión de alfarería.
El hombre mira para adentro
toma su historia por las hojas,
se hace el héroe,
como podría hacerse el asesino,
pero tiene sentido,
percepción de su imagen,
y el hombre,
el pobre hombre,
dispone un bofetón
que enrojece hasta el cielo de vergüenza.
Un hombre es sólo un hombre;
un héroe es sólo un héroe.
Un corazón es sólo un corazón
que canta
que transita
que comparte,
y a veces,
a pocas veces,
disculpa al padre y al abuelo
o los ama entrañablemente y justifica,
o les enseña a hablar.
Un corazón es sólo un corazón,
que pueblo a pueblo se amanece.
El pájaro es igual
y nadie sabe dónde muere.
Poema once
Puesto que no se trata, digamos, de nosotros,
de ti o de mi, sino de todos,
es que a veces la soledad nos muerde
como un perro en la tarde, como un misterio,
como una incertidumbre.
Puesto que no se trata de ponerse la ropa
o desnudarse delante de la gente.
Puesto que no se trata de vivir hacia atrás,
entre espejos de historias ni memorias,
ni se trata tampoco de iluminar la escena
ni maquillarse el rostro para un dispuesto aplauso,
es como si todo fuera a amanecer
desamparado, inútil, tonto.
Puesto que no se trata de robar a los otros.
Ni tampoco, quizá, de que nos roben.
No se trata de hacer que nos dispongan
alguna sociedad para la muerte,
ni tampoco perder la dignidad que queda
en los acuerdos de relaciones públicas.
Puesto que todo se halla así, como dispuesto
por una autoridad incompetente,
puesto que nadie dice la palabra
ni el eco, ni lo pensado anoche,
es una soledad como un misterio,
absurda, cómica,
insondable.
Y ésta, mi mano sabia
Porque la mano es simple, es tonta, es importante
y es cuidando la palabra, indispensable.
La mano es caridad cuando recibe la limosna
y no cuando la da;
la mano es la ternura cuando sale
a saludar al viajero y a la gente
desde el borde ocreverde del camino;
la mano es la justicia cuando acaricia a un perro
y es un perro cuando baja la espalda;
la mano es la música del brazo,
la voluntad debajo de la frente,
el vuelo imperceptible del cerebro;
la mano es el adiós de los suicidas
y la presentación del asesino;
la mano es, además, la fuente del milagro,
la que indica el furor,
la que analiza, investiga las cosas,
la que vuelca aquella caja antigua
de las fotografías familiares
y la que da la cachetada,
la que señala
y apunta al corazón y se persigna
o se esconde la luna en el bolsillo.
Ésta, mi mano que estudió la ciencia
y se ganó sabiduría
acariciando el alma de tu piel
y descubriendo tu sexo en su ternura.
Nadie puede darnos un día feliz
si no lo hacemos antes florecer
adentro nuestro, así como los árboles
tienen la primavera en las raíces
antes de reventar en el retoño.
Y nadie puede herirnos con palabras
si previamente nosotros no tenemos
la muerte en las entrañas,
el alma predispuesta hacia el otoño.
Por eso algunos días nos parecen
destinados a justificar todas las rosas
que nos brotan entre la sangre antigua.
Gente
Hay gente que con sólo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales;
que con sólo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recoger toda la magia.
Hay gente que con sólo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas;
que con sólo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con sólo abrir la boca
llega hasta todos los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después como si nada.
Y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina,
hay gente que es así, tan necesaria.
Explicación:copia nomas