Respuestas
En sí, la historia del transporte terrestre puede entenderse como el reflejo de la evolución social. En sus albores, las necesidades de traslado de objetos y mercancías de un punto a otro fueron auxiliadas por el empleo de animales como fuerza motor. Los perros en un primer momento y animales de mayor tamaño con el paso del tiempo se convirtieron en elementos imprescindibles en el transporte terrestre. Tirados por caballos, carros y diligencias propiciaron el intercambio de todo tipo de materias primas y productos manufacturados gracias al establecimiento de rutas comerciales.
La investigación y actividad inventiva dio lugar, posteriormente, al surgimiento de métodos de transporte más modernos: la bicicleta dio paso a la motocicleta y esta, a su vez, al automóvil. En este último caso, fue clave el descubrimiento, en 1882, del petróleo. Y es con la Primera Guerra Mundial cuando las necesidades de transporte se avivan, dando pie al nacimiento de autobuses y a la gran industria del motor existente a día de hoy. Ferrocarril, transporte urbano, metro o tren de alta velocidad son, actualmente, equipamientos sociales sin los que ningún territorio podría garantizar el suministro de alimentos y todo tipo de bienes y servicios. Su evolución forma parte, en sí misma, de la historia de la propia Humanidad.