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1En el momento actual, es prácticamente un consenso admitir que el problema social más importante de Colombia es el de los recurrentes niveles de violencia que imperan en la vida social. Cuando en 1998 se afirma que la violencia es un problema social, no por ello se pretende eximirá los individuos o a los grupos y organizaciones que recurren a la violencia, a diferencia de lo que postulaba toda una corriente de criminología en los inicios del presente siglo. En efecto lo que para entonces era una corriente innovadora en el campo del derecho penal al aseverar que la sociedad era responsable, tendía a exonerar, o a diluir, las demás responsabilidades. (Recordemos a ese propósito los alegatos forenses de Jorge Eliécer Gaitán, el principal exponente del positivismo jurídico en Colombia). Y tal vez, dado el carácter impersonal, abstracto, de la noción de sociedad de la que se estaba partiendo, y a fuerza de reiterarlo como principio explicativo se produjo una reacción adversa al punto que llegó a considerarse una cuestión del pasado la pregunta por la sociedad, o el intento de establecer relaciones causales entre la estructura y el funcionamiento de una sociedad dada y los niveles de violencia que en ella se produjesen.
1 Germán Guzmán Campos y otros, La violencia en Colombia, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1962.
2He ahí porqué, cuando se publica la primera investigación seria y rigurosa, aplicando cánones metodológicos y de objetividad, sobre la violencia como problema, La violencia en Colombia de junio de 19621, con la que por cierto la sociología adquiere su primer reconocimiento como disciplina académica, los autores creen necesario introducirla con un enunciado ético, que además reafirman en la conclusión:
3(-Respecto de la violencia...-"Todos nos equivocamos, todos somos responsables") Una apelación a la sociedad en su conjunto, en procura de la aceptación del canon de objetividad, de la validez explicativa que se habían propuesto; querían significar además que el propósito del estudio no era reeditar las recriminaciones entre los partidos acerca de su recíproca responsabilidad, y menos aún los juicios sobre responsabilidades individuales, que dejaban a la esfera del derecho penal.