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Santa Mariana de Jesús, nacida como Mariana de Paredes Flores Granobles y Jaramillo (* Quito, 1618 - † ídem, 1645), fue una virgen penitente y santa quiteña, más conocida como la Azucena de Quito y canonizada por Pío XII.
En 1645 del 26 de mayo Mariana de Jesus murió
La Anunciación
San Lucas (Lc 1, 26-38), cuenta que Dios envió al arcángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea. Se apareció a María, una joven que estaba desposada con José, descendiente de David. El ángel saludó a la Mujer: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Tras el saludo, dijo a la Virgen que iba a quedar encinta. Es el momento en el que la Virgen conoce que va a dar a luz al Hijo de Dios.
Visita a su prima Santa Isabel
Cuenta San Lucas (Lc 1, 39-45), que, la Virgen María, ya embarazada, visitó a su prima Isabel, sabiendo que también iba a dar a luz a un hijo -aunque parecía imposible-. Cuando se saludaron, el niño (San Juan Bautista) saltó en su seno. Isabel dijo: "Bendita tu entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre". Es el momento en el que jesús conoce a us primo.
Según San Juan Pablo II: "El evangelista, describiendo la salida de María hacia Judea (donde vivía su prima) usa el verbo anístemi, que significa levantarse, ponerse en camino... podemos suponer que Lucas, con esta expresión quiere subrayar el impulso vigoroso que lleva a María, bajo la inspiración del Espíritu Santo, a dar al mundo el Salvador... parece invitar a ver en María a la primera evangelizadora, difundiendo la buena nueva, comenzando los viajes misioneros del Hijo divino".
Nacimiento de Cristo
Durante su gobierno, el emperador Octavio Augusto realizó varios censos. Uno de ellos, coincidió con el nacimiento de Cristo. Poco antes de nacer Jesús, escribió San Lucas (Lc 2, 8-14), que la Virgen María y San José acudieron hasta Belén para empadronarse. De este modo, obedecieron el edicto promulgado por el emperador.
Santa María, que estaba encinta, dió a luz a Jesús en Belén. Unos pastores, que estaban durmiendo, en pleno campo, vieron aparecerse a un ángel, que les anunció que en Belén, ciudad de David, acababa de nacer el Salvador, Cristo, el Señor. Les dijo que acudieran al portal, donde estaba el niño envuelto en pañales, reclinado en un pesebre, junto a sus padres. Acudieron a Belén, y allí adoraron al Niño Jesús. La Virgen María guardaba todo en su corazón. Los pastores se fueron glorificando y alabando a Dios.
Encuentro en el Templo de Jerusalén
Cuando se cumplieron 40 días del nacimiento de Jesús, explica San Lucas (Lc 2: 22-38), San José y Santa María le llevaron a Jerusalén, para consagrarle en el templo. Los hebreos, conforme a la ley de Moisés, llevaban a su hijo a Jerusalén para presentarlo al Señor, ofreciendo un par de tórtolas o dos palominos. María por tanto, cuando jesús es todavía un bebé, cumple con las tradiciones de su tiempo y de su pueblo.
Jesús con los doctores
Los israelitas acudían a Jerusalén para celebrar la fiesta de Pascua. Según san Lucas (Lc 2,42), en cierta ocasión, Jesús se quedó en el Templo, hablando con los doctores.
San José y la Virgen, regresando a Nazaret, se dieron cuenta de que Jesús no estaba con ellos. Por ello, regresaron a Jerusalén para buscarle. Cuando le encontraron, la Virgen María le preguntó "Hijo, por qué nos has hecho esto? mira que tu padre y yo, angustiados, te buscábamos". En este pasaje podemos ver a una madre que se preocupa por su hijo, y a un Hijo que ya daba las primeras sñales de ser quien era.
Las Bodas de Caná
Antes de comenzar su vida pública (Jn 2, 1-2), Jesús y la Virgen María fueron a Caná, invitados a unas bodas. Comenzaba a escasear el vino, algo considerado como vergonzoso en esa época. Por ello, en cuanto María se enteró, como buena madre, le pidió a su Hijo que ayudara a los anfitriones. Jesús le respondió "Mujer ¿Por qué me estás diciendo esto a mí"?, pues aún no era el tiempo en que se iba a revelar. Pero obró un gran milagro, convirtiendo el agua en vino. Ayudó mucho a los anfitriones, pues los invitados pensaron que habían dejado el mejor vino para el final. **Papel de la Virgen como la que provoca el primer milagro de Jesús en sociedad**