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Respuesta:
24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos á la verdad corren, mas uno lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
25 Y todo aquel que lucha, de todo se abstiene: y ellos, á la verdad, para recibir una corona corruptible; mas nosotros, incorruptible.
26 Así que, yo de esta manera corro, no como á cosa incierta; de esta manera peleo, no como quien hiere el aire:
24-27 El apóstol se compara con los corredores y combatientes en los juegos de Isthmian, bien conocidos por los corintios. Pero en la carrera cristiana todos pueden correr para obtener. Por lo tanto, existe el mayor estímulo para perseverar con todas nuestras fuerzas en este curso. Los que corrieron en estos juegos se mantuvieron con una dieta libre. Se acostumbraron a las dificultades. Practicaron los ejercicios. Y aquellos que persiguen los intereses de sus almas, deben combatir con lujuria carnal. No se debe permitir que el cuerpo gobierne. El apóstol presiona este consejo sobre los corintios. Él pone ante sí y ante ellos el peligro de ceder a los deseos carnales, mimando el cuerpo y sus deseos y apetitos. Se necesitaba un santo temor de sí mismo para mantener fiel a un apóstol: ¡cuánto más es necesario para nuestra preservación! Aprendamos de ahí la humildad y la precaución, y velemos contra los peligros que nos rodean mientras estamos en el cuerpo.
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