• Asignatura: Salud
  • Autor: Camilnwn
  • hace 3 años

¿En qué momento se consideraría optar por un tratamiento conservador y en qué momento por un tratamiento quirúrgico para tratar una fractura?

Respuestas

Respuesta dada por: ibarraelizabeth033
0

Respuesta:

No es una respuesta sencilla, pues depende de cada caso, pero está claro que, siempre que no esté contraindicado por la gravedad de la lesión, es beneficioso comenzar por el tratamiento conservador.

Es decir, si existe opción de que la lesión mejore sin tener que pasar por el quirófano, hay que hacer lo posible por recuperarse y tratar de evitar el bisturí.

Hay lesiones en las que el paso del tiempo no influye de forma negativa. Es decir, se puede hacer tratamiento conservador; si fracasa o no da la solución completa, entonces se opta por la cirugía.

Pero en otros casos, la cirugía debe ser realizada dentro de un margen de tiempo, pues esperar más tiempo puede provocar unos daños que luego no son fácilmente recuperables. Por ejemplo, en caso de una rotura muscular (si retrasas demasiado la operación, las fibras cicatrizan de manera inadecuada).

En definitiva, hay que seguir los consejos del médico; preguntar todas las dudas y preguntar a otro médico si queremos una segunda opinión. En caso de que se pueda evitar la operación, iniciar el tratamiento conservador de forma precoz, y seguir las pautas que nos indiquen.

Si no hay más remedio que pasar por el quirófano, la fisioterapia puede ayudar en la preparación para la operación (trabajando de forma precoz para estar en buena forma para afrontar la operación) y en el posoperatorio, para dar pautas para conseguir la mejor recuperación.

en qué momento por un tratamiento quirúrgico para tratar una fractura:

En nuestra entrada ¿Cómo se cura un hueso? explicábamos que existe un proceso natural que guía la consolidación ósea. El papel del traumatólogo es colaborar con los procesos naturales buscando que esta curación se consiga en el menor tiempo y del mejor modo posibles. El objetivo final es que el paciente retome su nivel de actividad anterior al traumatismo, evitando complicaciones y secuelas.

Para ello, una vez que se ha producido la fractura, el traumatólogo tiene que seguir tres etapas diferenciadas:

Reducción: Se manipulan los fragmentos óseos para devolverlos a su posición original. Puede ser cerrada (sin apertura quirúrgica del foco de fractura) o abierta (con apertura). La primera tiene la ventaja de ser menos agresiva, si bien muchas veces no es posible obtener una reducción estable o anatómicamente perfecta. El abordaje quirúrgico del foco de fractura tiene la desventaja de ser más agresivo, pero permite una reducción más anatómica y el control de fracturas que, de otro modo, no se podrían devolver a su posición natural.

Estabilización: Mantener estable la reducción en el tiempo. La estabilización se puede obtener por medios no quirúrgicos (yeso o tracción) o quirúrgicos (clavos, placas, tornillos, fijadores externos…). El método seleccionado depende de múltiples factores.

Rehabilitación: Devolver al segmento afectado su función con la mayor eficacia y rapidez posible.

La estabilización de las fracturas óseas. El papel de la dinamización

En la entrada anterior decíamos que es imprescindible que el hueso a fijar sea viable (no necrótico y bien vascularizado), tenga cierto nivel de estabilidad y esté sometido a carga según se vaya tolerando. La viabilidad del hueso se verifica durante el acto quirúrgico, pero la estabilidad y la carga se han de controlar progresivamente durante todo el proceso de curación ósea. El médico tiene que ayudar a que el hueso vuelva a tener su función normal.

No todas las fuerzas son beneficiosas para la curación ósea. Como regla general, diremos que la carga axial (a lo largo del eje mayor del hueso) beneficia la curación (dentro de unos límites) mientras que otro tipo de fuerzas (de doblado, torsionales o cizallamiento) la dificultan.

Además, el grado de carga no es el mismo durante todas las fases del proceso. En el momento de producción de la fractura, lo más adecuado es evitar el movimiento entre los segmentos óseos. De ese modo se consigue una buena estabilidad que permite organizarse al hematoma. Posteriormente, y una vez que se va formando el tejido fibrocartilaginoso, es adecuado ir aplicando carga axial al foco. Sin embargo, y dado que el hueso aún no tiene rigidez suficiente como para cargar peso, dicha carga debería de ser más bien la aplicación de un cierto micromovimiento cíclico. A medida que el callo óseo se va osificando, la aplicación de carga progresiva al foco es la estrategia más acertada. Es lo que conocemos como dinamización de la fractura.

Explicación:

Respuesta dada por: milagrosv1002
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Respuesta:

En el momento que es inevitable y debemos optar por un tratamiento quirúrgico ya que la fractura es muy grave

Espero que te ayude

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