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Respuesta:
El eje vertical, también conocido como el eje Y, es la parte vertical de la gráfica. En este ejemplo (un gráfico de columnas), el eje vertical mide la altura, o el valor de las columnas, por lo que también se llama el eje de valores. Sin embargo, en un gráfico de barras, el eje horizontal sería el eje de valores.
Explicación:
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Explicación:
William Shakespeare tituló su obra El mercader de Venecia haciendo referencia a quien suponía sería su personaje principal: el buen y generoso comerciante Antonio. No obstante, través de los años ha sido su “villano”, el usurero judío Shylock, quien más ha recibido la atención del público y los estudiosos. Basta con señalar que muchos recuerdan las legendarias palabras de dicho personaje: “Si nos pincháis, ¿no sangramos?”, pero es probable que no tantos puedan citar correctamente un parlamento de Antonio, y quizá tampoco conozcan en profundidad la historia del resto de los personajes de la obra. Parecería como si de alguna manera Shylock se estuviese desquitando de su derrota por medio de una suerte de “venganza estética” (Gamerro), al quedar grabado en el corazón y el recuerdo de los espectadores por sobre su enemigo Antonio. A través del tiempo ha quedado asentado firmemente en la galería de los inmortales personajes shakesperianos y ha sido interpretado por los más grandes actores de cada momento: Lawrence Olivier, John Gielgud, Edmund Kean, y en nuestros días, la gran estrella de Hollywood, Al Pacino.
Sin embargo, es sólo a partir del siglo XIX cuando se abandona la manera bufonesca y ridícula de interpretar el personaje para dar lugar a representaciones más empáticas que enfatizan su condición de marginal dentro de la sociedad veneciana. Aún hoy, la pregunta sobre el presunto antisemitismo de Shakespeare da lugar a innumerables debates, y se continúa discutiendo sobre si la representación estereotipada del judío responde a los prejuicios de la época que el autor comparte, o si éste aborda de una manera crítica la típica caricatura del judío avaro, cruel y traicionero, a fin de dejarla en evidencia.
Muchos autores sostienen que es probable que, para la construcción del personaje, Shakespeare se sirviera de los prejuicios y los mitos medievales que en la sociedad isabelina rodeaban a los judíos, ya que su expulsión de Inglaterra tuvo lugar en 1290 y no fueron readmitidos hasta 1655, por lo que muchos afirman que Shakespeare no conoció nunca a un judío en su vida, al menos no uno practicante, ya que los pocos judíos –alrededor de unos doscientos– que permanecieron en Inglaterra tuvieron que forzosamente convertirse al cristianismo.
Por otro lado, en el momento en el que escribe la obra, el antisemitismo que estaba arraigado en la sociedad, había cobrado una nueva fuerza debido al juicio al médico portugués Rodrigo López, un judío converso acusado de atentar contra la vida de la reina Isabel y condenado a muerte en 1594.