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JAPÓN – Detalles que hacen al confort
Quien haya viajado a Japón alguna vez habrá observado el alto grado de tecnificación de su sociedad. No hace falta subirse a un shinkansen (tren bala), sino que en cualquier baño ya se notan las diferencias. El usuario puede calefaccionar la taza o seleccionar música y sonidos de ambiente en la mayoría de los baños modernos.
Ya al salir a la calle en ciudades como Tokio o Kioto se ve una máquina dispensadora de alimentos o bebidas en cada esquina. Con más de cinco millones de máquinas –una cada 25 habitantes–, el autoservicio en Japón puede ir desde un refresco hasta una hamburguesa que se prepara en el momento.
ESTONIA – Vivir virtualmente en el Báltico
A veces opacada por los titulares que se lleva Finlandia, su hermana mayor, la sociedad estonia presenta una gran combinación entre tecnología, sociedad y educación. Los niños aprenden a programar desde los cuatro años y entre sus emprendedores están los creadores de Skype. Sin embargo, uno de los aspectos más novedosos de Estonia es su modelo de residencia digital (e-residency). Desde 2014, las personas extranjeras pueden registrarse para acceder a servicios públicos en el entorno virtual como cursos de formación o tener una cuenta bancaria, sin necesariamente pisar el país.
Al igual que Uruguay y México, Estonia integra el Digital 9, el grupo de países más avanzados en gobierno electrónico. Su declaración de internet como un derecho humano en el año 2000 ha llevado la digitalización a ámbitos rurales, lo que se ha consolidado a nivel con la campaña e-Estonia. Esta estrategia ha modernizado la administración pública al haber digitalizado servicios de banca, impuestos, educación y sufragio. A pesar de integrar la Unión Europa y estar en la zona euro, en 2017 Estonia lanzó estcoin, una solución de blockchain que en muchos aspectos parece una criptomoneda.
Descubre algunas de las iniciativas digitales que acercaron a las tiendas de proximidad al ciberespacio
TURQUÍA – El placer de viajar en bus
Podrá decirse que en los dos casos anteriores se trataba de ejemplos del primer mundo. Pero implementar tecnología avanzada en la vida cotidiana puede darse también en distintos contextos y a diferentes niveles. El transporte en carretera en Turquía es un ejemplo.
En Turquía la mayoría de las compañías de bus extraurbano cuentan con sistema de entretenimiento integrado, con pantallas LED en todos los asientos y puertos USB, algo que no es común en Europa ni en Estados Unidos. Las largas distancias sumadas al fanatismo por las ficciones locales hacen que pocos turcos viajen por bus mirando por la ventana. Incluso la infraestructura y el servicio a bordo son motivo de orgullo entre la población turca cuando se discute el tema.
HOLANDA – Las cámaras de vigilancia
Desde la Edad Media la cultura europea siempre invirtió en tecnologías para controlar y defender sus ciudades. Puede sonar extraño, pero para el siglo XV la fortificación de tipo estrella (conocidas como traza italiana) fue una tecnología revolucionaria que permitió defender con éxito ciudades en Italia, Francia, España y Holanda.
En este último país, la vigilancia en el tiempo actual asume la forma de videocámaras de circuito cerrado (CCTV) en la vía pública. El medio neerlandés Sargasso estimó que, aunque son 200 mil las cámaras identificadas, podría haber casi un millón. Considerando el tamaño del país, se trataría de 40 cámaras por km2. Por otra parte, la empresa Amsterdam Security afirmó en 2017 que el 11% de los hogares tiene equipamiento de smart security. Algunos mitos locales, como el hecho de que formato de Gran Hermano sea holandés de origen o que las casas no suelen tener cortinas, hacen que muchos vean a la sociedad holandesa como obsesionada con el control. Sin embargo, algunas preocupaciones en torno a la seguridad en áreas turísticas, como en Ámsterdam, generan matices al debate.
SINGAPUR – Volar para llegar en hora.
Una de las imágenes más impactantes del Año Nuevo que comenzó en 2020 fue el despliegue de luces en el cielo chino de Shanghái. Dos mil drones dejaron un mensaje en el cielo y sustituyeron a la típica pirotecnia, haciendo extremo aquello de que son “fuegos artificiales”. Pero si esta incidencia es espectacular por la fecha, otras ciudades asiáticas están introduciendo el vuelo en la vida cotidiana a paso firme.
La ciudad-estado de Singapur, que en Año Nuevo desplegó 500 drones, está experimentando con un innovador sistema de transporte aéreo. En el pasado mes de octubre, se realizaron una serie de pruebas con los volocopters, un tipo de taxi aéreo creados por una startup alemana. Los volocopters usan energía eléctrica, alcanza una velocidad de 110 km/h y en el futuro se piensa que podrán ser vehículos autónomos, por lo que busca ser una opción más accesible que los helicópteros convencionales.