• Asignatura: Religión
  • Autor: mayodanza
  • hace 3 años

RELIGION
Nuestro amado Creador ha utilizado por siglos una herramienta para revelarse a la
humanidad. Me refiero a las Sagradas Escrituras, en ellas encontramos todo cuanto
necesitamos saber del Supremo Creador del universo.
En esa dirección, te animo a leer los textos de Isaías 43, 10-11. Is 44, 6. Is 45, 5. Y el
salmo 86,10. Medite cuidadosamente en lo que enseñan estos tres pasajes bíblicos y
escriba sus conclusiones.​

Respuestas

Respuesta dada por: benjamindavidramirez
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Respuesta:La parte del libro de Isaías que relata el fin del exilio babilónico, capítulos 40-55, se suele llamar Segundo Isaías. Empieza con las palabras, “Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén: decidle á voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados” (40:1-2).

El castigo que describen estos versículos es el exilio. A causa del pecado del pueblo de Israel, Dios permitió que Babilonia destruyera su ciudad y que el pueblo judío fuera sometido a la servidumbre en el exilio. Los babilónicos destruyeron Jerusalén en 587 a.C., y exiliaron a los habitantes de la ciudad poco después. Ahora, cinco décadas más tarde, el final de su exilio se acerca. La mayoría de los exiliados ha nacido en cautiverio en Babilonia. En este tiempo, el pueblo de Israel ha tenido mucho tiempo para reflexionar. Se ha preguntado si Yahvé verdaderamente es Dios y, si es así, por qué ha permitido que los babilónicos destruyan el templo de Yahvé y que exilien al pueblo de Yahvé. Los exiliados se han preguntado si se han equivocado en alabar a Yahvé. Quizá Marduk, el dios de los babilónicos sea más fuerte que Yahvé. Quizá sería mejor si hubieran alabado a Marduk en vez de a Yahvé.

Capítulos 1-39 discuten estos temas. Cuando Asiria llegó a dominar el mundo, el Rey Achâz de Judea ignoró el consejo del profeta Isaías y pidió la ayuda del rey de Asiria, Tiglath-pileser, para ayudar a Judea contra los ataques de Israel y Damasco. Asiria envió soldados para hacerlo pero, como resultado, Judea se vio convertida en vasallo de Asiria y el pueblo de Judea y Jerusalén fueron forzados a reconocer los dioses asirios (2 Reyes 16:3-4).

Fue en este tiempo que Isaías, hijo de Amoz empezó su ministerio. Dijo, “¿Cómo te has tornado ramera, oh ciudad fiel?” Y “Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones.” Advirtió, “la altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo Jehová será ensalzado en aquel día” (2:17). Le aconsejó a Achâz que Judea debía buscar seguridad, no en Asiria, sino en Yahvé – pero Achâz y el pueblo de Jerusalén ignoraron este consejo.

Pronto, Isaías profetizó que venía peligro para Jerusalén por su falta de fe en Yahvé. Capítulos 1-39 dejan claro que la culpa por el exilio cae solo sobre el pueblo de Jerusalén. Ha jugado a ramera. El exilio es el castigo por sus pecados.

El tono cambia en capítulos 40-55, escritos por Segundo Isaías (seguramente discípulo de Primer Isaías). Estos capítulos escritos hacia el final del exilio empiezan con palabras de consuelo (40:1-2) y claman la promesa de su regreso a Jerusalén. Capítulos 40 a 42:20 continúan con el mismo tono esperanzado. Entonces, 42:21-25 (los versículos que preceden nuestro texto) describen la ira de Yahvé a causa de los pecados de su pueblo. Pero el tono vuelve a mostrar esperanza y seguridad en 43:1 con las palabras “Y ahora.” Los versículos que siguen confirman el amor que Yahvé tiene por su pueblo y sus planes para el futuro.

Esta profecía se cumplió a través de Ciro II de Persia, el “del oriente” (41:2) que destruyó Babilonia en 539 a.C. y estableció a Persia como el poder dominante. Mientras que los babilónicos trataban a los exiliados como esclavos, Ciro adoptó una póliza muy distinta. No solo permitió que los exiliados regresaran a su patria, sino que también les proveyó con la ayuda económica que necesitaban para poder reconstruir (Esdras 1:2-4). No obstante, el profeta deja claro que cuando todo eso ocurre, Ciro solo funciona como instrumento de Yahvé. No es Ciro el que salva, sino Yahvé.

Explicación: corona plis

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