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EL DESARROLLO
es más que el simple aumento o disminución del ingreso nacional. Es crear un entorno para que las personas puedan hacer plenamente realidad sus posibilidades y vivir en forma productiva y creadora de acuerdo con sus necesidades e intereses. El desarrollo es más que crecimiento económico, el cual solamente constituye un medio, para ampliar las opciones de la población. Un elemento fundamental para la ampliación de esas opciones es el desarrollo de la capacidad humana, es decir, las múltiples cosas que la gente puede hacer o ser en la vida.
Las capacidades esenciales para el desarrollo humano son vivir una vida larga y sana, tener conocimientos, tener acceso a los recursos necesarios para alcanzar un nivel de vida decoroso y poder participar en la vida de la comunidad. Sin ellas sencillamente no se dispone de muchas opciones ni se llega a tener acceso a muchas oportunidades que brinda la vida.
El desarrollo humano comparte una visión común con los derechos humanos; su objetivo es la libertad humana, la cual resulta vital para el desarrollo de las capacidades y el ejercicio de los derechos. Las personas deben tener libertad para hacer uso de sus opciones y participar en las decisiones que afectan sus vidas. El desarrollo humano y los derechos humanos se refuerzan mutuamente, ayudan a garantizar el bienestar y la dignidad de todas las personas y fomentan el respeto por sí mismo y por los demás.
Para que se produzca un desarrollo auténtico o genuino (y no el "desarrollo del subdesarrollo", como ha ocurrido en muchas ocasiones), hace falta que los indicadores de desarrollo sean los mejores. En definitiva, se debe mejorar al menos el Índice de Desarrollo Humano (IDH), un indicador que es propuesto por el PNUD.
SUBDESARROLLO
Ausencia de desarrollo; situación en las que se encuentran amplias áreas económicas del mundo, caracterizadas por su pobreza y atraso relativo y por su marginación y papel subordinado dentro del sistema económico mundial. El análisis del subdesarrollo está íntimamente ligado a la aparición en el seno de las ciencias sociales y más aún dentro de los movimientos sociales de la aspiración colectiva al desarrollo.
El problema del subdesarrollo difiere y adquiere una mayor gravedad que la mera pobreza institucionalizada de las sociedades tradicionales o atrasadas, porque añade a la penuria material, la frustración y la sensación de marginar un sistema ajeno en bueno medida a quienes, sin embargo, padecen sus consecuencias más adversas e injustas.
El subdesarrollo es la pobreza marginada propia del mundo moderno -no la pobreza integrada del mundo tradicional donde los pobres estaban integrados en él, se sentían miembros del mismo-; el subdesarrollo añade a la carencia la no participación: es una pobreza específica de la cultura técnica, creada por el desarrollo capitalista, agravada por la continua exhibición de la ajena opulencia, por las tentaciones cuya función es comprar la conformidad del pobre a cambio de falsas esperanzas.
El profesor J.L. Sampedro dijo: “el subdesarrollo no es, respecto del desarrollo, el peldaño inferior y transitorio de una escala continúa, sino una persistente consecuencia del desarrollo, creada además por él”