• Asignatura: Castellano
  • Autor: saucedoestefaniam088
  • hace 2 años

No puedo quejarme”, piensa Juana; y vuelve a prestar atención a la tempestad. “¿Dónde estará. ahora? ¡Dios mío! Protégelo y ten piedad de él”, dice, persignándose.
Aún es temprano para acostarse. Juana se pone en pie; se echa un grueso pañuelo por la cabeza, enciende una linterna y sale; quiere ver si ha amainado el mar, si se despeja el cielo, si hay luz en el faro y si aparece la barca de su marido. Pero no se ve nada. El viento le arranca el pañuelo y lanza un objeto contra la puerta de la choza de al lado; Juana recuerda que la víspera había querido visitar a la vecina enferma. “No tiene quien la cuide”, piensa, mientras llama a la puerta. Escucha… Nadie contesta.
“A lo mejor le ha pasado algo”, piensa Juana; y empuja la puerta, que se abre de par en par. Juana entra.​

Respuestas

Respuesta dada por: naranjocarolina
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Respuesta:

Que buen relato. Que sigue?

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