• Asignatura: Religión
  • Autor: angie901204
  • hace 3 años

1÷¿Que nos revela Jesús acerca del espíritu santo?​

Respuestas

Respuesta dada por: cristoferaguillen
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Respuesta: Después de su resurrección, Jesús se apareció a los once Apóstoles y les dijo: "Id, pues; enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28, 19). El Apóstol y evangelista Mateo es quien, al final de su evangelio, refiere esta orden con que Jesucristo envía a los Apóstoles por todo el mundo para que sean sus testigos y continúen su obra de salvación. A esas palabras corresponde nuestra antiquísima tradición cristiana, según la cual el bautismo se suele administrar en el nombre de la Santísima Trinidad. Pero en el texto de Mateo se halla contenido también el que podemos considerar como último testimonio de la revelación de la verdad trinitaria, que comprende la manifestación del Espíritu Santo como Persona igual al Padre y al Hijo, consustancial a ellos en la unidad de la divinidad.

Esta revelación pertenece al Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento el Espíritu de Dios, en los diversos modos de acción que hemos ilustrado en las catequesis anteriores, era la manifestación del poder, de la sabiduría y de la santidad de Dios. En el Nuevo Testamento se pasa claramente a la revelación del Espíritu Santo como Persona.

2. En efecto, la expresión evangélica de Mateo (28, 19) revela claramente al Espíritu Santo como Persona, porque lo nombra junto a las otras dos Personas de modo idéntico, sin sugerir ninguna diferencia al respecto: "el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo". Del evangelio de Mateo resulta evidente que el Padre y el Hijo son dos Personas distintas: "el Padre" es aquel a quien Jesús llama "mi Padre celestial" (Mt 15, 13; 16, 17; 18, 35); "el Hijo" es Jesús mismo, designado así por una voz venida del cielo en el momento de su bautismo (Mt 3, 17) y de su transfiguración (Mt 17, 5), y reconocido por Simón Pedro como "el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16). A estas dos Personas divinas es ahora asociado, de modo idéntico, "el Espíritu Santo". Esta asociación se hace aún más estrecha por el hecho de que la frase habla del nombre de los Tres, ordenando bautizar a todas las gentes "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". En la Biblia la expresión "en el nombre de" normalmente sólo se usa para referirse a personas. Además, es notable el hecho de que la frase evangélica use el término "nombre" en singular, a pesar de mencionar a varias personas. De todo ello se deduce, de modo inequívoco, que el Espíritu Santo es una tercera Persona divina, estrechamente asociada al Padre y al Hijo, en la unidad de un solo "nombre" divino.

El bautismo cristiano nos coloca en relación personal con las tres Personas divinas, introduciéndonos así en la intimidad de Dios. Y, cada vez que hacemos el signo de la cruz, repetimos la expresión evangélica para renovar nuestra relación con el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo.

Reconocer al Espíritu Santo como Persona es una condición esencial para la vida cristiana de fe y de caridad.

3. La palabra de Cristo resucitado acerca del bautismo (Mt 28, 19) no carece de preparación en el evangelio de Mateo, pues está en relación con el relato del bautismo de Jesús mismo, donde se nos presenta una teofanía trinitaria: Mateo nos refiere que, cuando Jesús salió del agua, "se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco" (Mt 3, 16-17). Los otros dos evangelios sinópticos narran la escena de la misma manera (Mc 1, 9-11; Lc 3, 21-22). En ella hallamos una revelación de las tres Personas divinas: la persona de Jesús está indicada con la calificación de Hijo; la persona del Padre se manifiesta por medio de la voz que dice: "Este es mi Hijo amado"; y la persona del Espíritu de Dios aparece diferente del Padre y del Hijo, y en relación con el uno y el otro; con el Padre celeste, porque el Espíritu desciende de los cielos; y con el Hijo, porque viene sobre él. Si en una primera lectura esta interpretación no cobra toda la fuerza de la evidencia, la confrontación con la frase final del evangelio (Mt 28, 19) garantiza su solidez.

Explicación:

Respuesta dada por: abivic28
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Respuesta:

¿el Espíritu Santo nos da poder para vencer sobre el pecado consciente.

Explicación:

espero haberte ayudado y perdon si me respuesta no fue la mejor :')

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