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A lo largo de muchos siglos, la atención y el interés de los historiadores se centraron en Roma, la "Ciudad Eterna". En el destino de la humanidad, el antiguo Estado romano ha desempeñado un papel verdaderamente grandioso. Por primera vez se produjo la unificación política de toda la cuenca del Mediterráneo; estrecharon se las relaciones culturales de los pueblos de Europa, Asia y África; surgieron condiciones propicias para el crecimiento del comercio y se hizo mucho más activa la colonización.
Roma, ubicada a orillas del rio Tibur, en la península Itálica, era en principio una zona pantanosa e insalubre, foco de muchas enfermedades y epidemias, está lleno de alimañas y era el refugio ideal de bandoleros de toda laya. Con el correr del tiempo, surgen algunas aldeas asentadas sobre siete colinas existentes en el lugar, que fueron llamadas posteriormente:
Capitolio – Viminal – Quirinal – Celio – Esquilino – Aventino – Palatino
De esta manera se funda la Confederación Septimoncial, para defenderse de sus vecinos que eran los samnitas, los ecuos, los volscos, los sabinos y principalmente los etruscos, quienes finalmente derrotan a la confederación fundan la ciudad de Roma. El primer régimen político que tuvo, fue la Monarquía con sus siete reyes que fueron los siguiente:
Romulo – Numa Pompilio – Tulio Ostilio – Anco Marzio – Tarquino Prisco – Servio Tulio – Tarquino El Soberbio
ROMULO (753 – 716 a.C.). Cuenta la leyenda que el primer rey de Roma fue Rómulo, fundador de la ciudad. Lo más probable es que Rómulo jamás haya existido y que ese nombre lo inventaron los mismos romanos derivándolo de Roma, que según la palabra etrusca ROME significa: fuerza. Por consiguiente Rómulo significa hombre de fuerza, es decir el que supo defender a la nueva ciudad de los ataques de los pueblos vecinos. Sea esto cierto o no, lo probable es que Rómulo formo un poderoso ejército que le permitió a la Urbe contener a sus enemigos y expandirse posteriormente sobre toda la península Itálica. Rómulo es el creador del Senado (100) y de los doce lictores.
2.4. SENECA.
Lucio Aneo Seneca nació en Córdoba (4 a.C. – 65 d.C.) ejerció la abogacía con gran prestigio. Por intrigas de sus enemigos, Claudio le desterró a la isla de Córcega.
Más tarde fue preceptor de Nerón, pero al cabo de algunos de influencia efectiva sobre los negocios públicos cayó en desgracia. Acusado de tomar parte de una conjuración, hubo de poner fin a sus días por orden del emperador.
Entre sus obras podemos mencionar las siguientes: De Ira, De Clemencia, De Providencia, De Vita Beata, De Brevitate Vital, Epistulae Morales, etc.
Sin embargo creemos, que el estoicismo, jugo un papel progresista con relación a la época en la que vivió Seneca. Al predicar la igualdad de todos los seres humanos ante el derecho natural o divino, se estaba socavando en alguna medida los cimientos de la sociedad esclavista. Como que posteriormente, el cristianismo, que debido en las aguas del estoicismo, asestara el golpe mortal y definitivo al esclavismo. Seneca, en muchos de sus escritos expresa un pesimismo muy remarcado, esto debido a que vivió en la época del Imperio, es decir la época en que todo estaba en decadencia y depauperación. Vio de cerca las atrocidades cometidas por Calígula, Claudio y Nerón, el mismo fue protagonista y víctima de las intrigas e inmoralidades de la corte imperial. Por todo esto, Seneca afirmaba que en la naturaleza impera el destino, el hado; la marcha de los acontecimientos en el mundo no puede modificarse en nada. El destino conduce al que lo desea, al que no, lo arrastra (VOLENTEN FATA DUCUNT, NOLENTEM TRAHUNT). La virtud del hombre consiste en aceptar el destino y someterse a él. No está en nuestras manos poder cambiar las cosas en el mundo exterior, en la vida política y social. Según el la felicidad se halla en el interior de nosotros mismos y es independiente del mundo exterior. El cuerpo no es sino cadenas y oscuridad para el alma. El alma tiene que luchar continuamente contra la carga de la carne, como se ve, en estas expresiones se nota el tinte pesimista de la filosofía de Seneca y que más tarde lo desarrollaron los padres de la Iglesia.
La cultura de la Antigua Roma fue el resultado de un importante intercambio entre civilizaciones diferentes: la cultura griega y las culturas desarrolladas en Oriente (Mesopotamia y Egipto), que contribuyeron a formar la cultura y el arte de los romanos. Uno de los factores que más contribuyó a la universalización de la cultura romana, que de pronto fue la de todo el imperio, fue el uso del latín como lengua común de todos los pueblos sometidos a Roma.
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