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Ya sabes qué es el efecto invernadero y cómo está ayudando a potenciar los impactos del cambio climático, pero ¿conoces qué gases de efecto invernadero de origen antropogénico son los que contribuyen en mayor medida al calentamiento global?
No todos tienen la misma incidencia ni proceden de las mismas fuentes, y de la misma manera cada uno prolonga su permanencia en la atmósfera por un periodo de tiempo dispar. Para conocer un poco mejor estos gases, hemos preparado una infografía estática donde podrás comprobar de manera sencilla todos los datos sobre gases de efecto invernadero en una tabla.
Están excluidas otras variables como la formación de agua de origen antropogénico y el carbón negro en nieve por su menor incidencia.
Son cinco los gases de origen humano que contribuyen en mayor medida -hasta un 95 % del total en conjunto- al aumento del calentamiento global. Descubre su fuente emisora, su tiempo de estancia en la atmósfera y en qué porcentaje contribuyen a potenciar el efecto invernadero.
El dióxido de carbono es responsable del 53% del nivel de calentamiento global. Es resultado de procesos como el empleo de combustibles, la deforestación o la producción de cementos y otros bienes. Su permanencia en la atmósfera varía, pero es muy alta en cualquier caso: el 80 % dura hasta 200 años y el 20% restante puede tardar hasta 30.000 años en desaparecer.
El metano es el siguiente de los gases de efecto invernadero que mayor incidencia tiene en el calentamiento global (15%). Está provocado por actividades como la ganadería, la agricultura, el tratamiento de aguas residuales, la distribución de gas natural y petróleo, la minería del carbón, el empleo de combustibles y también emana de los vertederos. Tiene una permanencia promedio en la atmósfera de 12 años.
Los compuestos halogenados como los CFCs, HCFCs, HFCs, PFCs, SF6 y NF3 son responsables del 11 % del calentamiento global y son emitidos a raíz de la producción química para diversos sectores, tales como la refrigeración y climatización, eléctrico y electrónico, médico, metalúrgico... Dependiendo de qué tipo de compuesto sea, su duración en la atmósfera varía desde unos pocos meses hasta decenas de miles de años.