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1. Elige bien a tus amigos
placeholderRodéate de aquellos que te hagan sentir bien. (iStock)
Rodéate de aquellos que te hagan sentir bien. (iStock)
La decisión más importante que podemos tomar en nuestras vidas es elegir con quién pasamos el tiempo y, a su vez, el método que más y mejor garantiza nuestro bienestar. Dado que la toma de decisiones suele ser defectuosa y agotadora, argumenta, elegir un círculo social estable aumenta las posibilidades de llegar a ese estado llamado felicidad. La toma de decisiones está plagada de sesgos que nublan nuestro juicio. La gente deja que sus emociones intervengan Su investigación concluye que las ondas cerebrales de las personas se sincronizan cuando están en presencia de otro: “Cuanto más estudiamos el compromiso, vemos una y otra vez que la gente alinea su mente con el resto: sus gestos, el olor de la habitación, el nivel de ruido y muchos otros factores. Esto significa que las personas con la que te relacionas realmente tiene un impacto en tu compromiso con la realidad que va más allá de lo que puedes explicar. Y uno de los efectos es que te vuelves parecido a ellos”. De esta manera, afirma, si quieres convertirte en una persona más divertida o en forma, deberías rodearte de gente con sentido del humor o que vayan al gimnasio.
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Casi todas las cosas en esta vida vienen con un manual, los muebles, los electrodomésticos, las mascotas (no es un manual propiamente dicho, pero te dicen cuándo y qué darles de comer). Menos las cosas más difíciles de la vida,como los bebés, el matrimonio y las decisiones difíciles.
Desde pequeños tomamos decisiones difíciles para las que no estamos preparados, sin embargo, la decisión tiene que ser tomada en ese momento porque después será tarde.
Cada uno de nosotros, vez tras vez, se ha enfrentado a esta pregunta cuando toma una decisión. Las decisiones han sido una parte esencial de la vida del hombre desde el tiempo de la creación. Cuán diferentes serían hoy las cosas si Adán hubiese tomado la decisión correcta... la decisión de continuar adorando a Jehová Dios en vez de ceder a la influencia que lo llevaba a comer del fruto del árbol en desobediencia al mandato de Jehová. Ninguno de nosotros tiene que tomar una decisión que vaya a afectar a la entera familia humana, como sucedió en los casos de Adán y Cristo Jesús; pero individualmente sí tenemos que tomar decisiones que afectan nuestro modo de vivir cotidiano, la vida de nuestros amados y asociados y nuestro bienestar eterno
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