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Esto se afirma porque en realidad es así, el hombre es renuente a los cambios, por eso vivimos en una lucha constante para salir de nuestra zona de confort. Por naturaleza somos cómodos y nos asustan situaciones nuevas y desconocidas.
Un gran ejemplo puede ser un trabajador que está cómodo en su trabajo, pero recibe una oferta grande de una empresa muy reconocida y por supuesto, le pagarán un mayor sueldo, pero esta persona no acepta la oferta por miedo a las nuevas responsabilidades que pueda tener y por miedo a "no dar la talla".
Un gran ejemplo puede ser un trabajador que está cómodo en su trabajo, pero recibe una oferta grande de una empresa muy reconocida y por supuesto, le pagarán un mayor sueldo, pero esta persona no acepta la oferta por miedo a las nuevas responsabilidades que pueda tener y por miedo a "no dar la talla".
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