Respuestas
Respuesta:
!Hola! ❤️
Explicación:
El primer viaje en avión de pablo:
Pablo estaba nervioso! Él y su familia iban de vacaciones y Pablo iba a montar en avión por primera vez
Publicidad
.
En su asiento de ventanilla, al lado de papá, Pablo intentaba abrocharse el cinturón de seguridad, pero no podía.
-Deja que te ayude – Dijo papá.
Una vez puesto el cinturón, Pablo miró a su alrededor.
Todo en el avión era nuevo y desconocido: la voz de la azafata en el altavoz, los pasajeros que llenaban el pasillo, el ruido de los motores.
-Siéntate derecho. El avión está a punto de despegar – le advirtió papá.
Mamá y Emma estaban sentadas detrás de ellos. Mamá asomó la cabeza entre los asientos.
-¿Vais bien?
-Mamá, tienes que sentarte derecha – le dijo Pablo, imitando a la perfección el tono de voz que acababa de usar su papá.
¡Había llegado el momento!
El avión rodó por la pista, aceleró los motores y despegó.
-¡Uf! –dijo Pablo, soltando un suspiro.
Miró por la diminuta ventanilla y se dio cuenta de que el suelo se alejaba cada vez más.
Papá se inclinó para mirar también.
-Todos esos cuadraditos que ves son casas – explicó.
A Pablo no le gustaba mucho estar en el cielo. Quería estar de nuevo en el suelo jugando.
-¿Falta mucho?
-Qué va, casi nada – contestó papá.
Pablo dejó de mirar por la ventanilla cuando sintió un delicioso olor a pan caliente.
La azafata se detuvo a su lado con un carrito.
-¿Quieren desayunar?
Pablo olvidó por completo que estaba nervioso.
-¡Sí, por favor! –exclamó.
La azafata puso la bandeja con el desayuno delante de Pablo. Contenía toda clase de cosas buenas para comer: zumo, pan recién hecho, jamón, queso y una fruta de postre.
Pablo pensó que el desayuno sabía mucho mejor en el avión.
Papá se puso los auriculares para escuchar música. Cerró los ojos y se recostó en el asiento.
Pablo sintió curiosidad por los mandos del apoyabrazos y apretó uno para ver qué pasaba.
-¡Ay! ¡Qué alto! – papá se llevó las manos a las orejas.
Pablo se sorprendió.
-Eso me ha hecho daño en los oídos, Pablo- dijo papá, quitándose los auriculares.
En ese momento un hombre de uniforme se acercó a ellos.
-Hola. ¿Están disfrutando del vuelo?
Papá susurró al oído de Pablo_
-Di hola a nuestro piloto.
-Hola – contestó Pablo, deseando llevar un uniforme igual de elegante.
-¿Te gustaría ver cómo vuela este avión? – preguntó el piloto.
-¡Si! –exclamó Pablo.
-Bienvenido a la cabina de mando- dijo el piloto, abriendo la puerta para Pablo y su papá.
El copiloto estaba sentado frente al tablero de instrumentos, con auriculares en las orejas.
-Este es Pablo- dijo el piloto a su ayudante.
-Hola, Pablo – respondió el copiloto, estrechando la mano de Pablo.
Pablo miró fijamente el tablero de instrumentos. Con todas esas luces parpadeantes, todos esos botones y todas esas esferas iluminadas, parecía un videojuego gigante.
Pablo levantó la vista y vio por la ventana que una inmensa bola de pelusa venía hacia el avión.
-¡Ay, ay! –a terrado, se aferró al brazo de papá.
-¿Qué es eso papi?
-Son nubes.
-¡Nubes! –exclamó Pablo, muy sorprendido.
Tiró de papá para acercarlo a la ventana. Afuera era todo blanco.
-¿Estamos ahora dentro de las nubes? – preguntó Pablo.
-Así es –contestó papá
Pablo le abrazó.
-Se está bien entre las nubes, ¿verdad, papá?
-Aterrizaremos pronto- anunció el piloto- . Deberían volver ya a sus asientos.
Pablo estaba triste. Quería quedarse en la cabina de mando.
-Espera, tengo algo para ti –añadió el piloto. Rebuscó en su bolsillo y sacó una pequeño par de alas, que prendió en la camisa de Pablo-. Todos nuestros jóvenes pilotos se ganan sus alas.
Pablo nunca se había sentido tan orgulloso. Volvió a su asiento, deseando que el mundo entero viera su insignia.
Con la nariz pegada a la ventanilla, Pablo vio aterrizar al avión, Cuando las ruedas tocaron la pista, sintió una ligera sacudida.
-¡Yupi! Ya está, papá. Hemos vuelto al suelo.
A Pablo le hacía feliz haber llegado.
Papá le ayudó a desabrocharse el cinturón. Detrás de ellos mamá hacía lo mismo con Emma.
Los pasajeros se dirigieron a la salida.
-Gracias por viajar con nosotros –dijo la azafata-. Adiós, Pablo. Que pases unas buenas vacaciones.
A Pablo le hizo mucha ilusión que la azafata supiera su nombre.
-Espero que nos veamos en el vuelo de vuelta – añadió la azafata, dirigiéndose a papá y mamá.
Pablo estaba deseando volver a casa. Como ya tenía sus alas, quizá en el vuelo de vuelta ¡el piloto le dejara pilotar el avión!
Espero que te ayude me das corona pliss❤️