Respuestas
Explicación:
Cuando la directora del orfanato le anunció a Carlota: Te ha adoptado una familia y vendrán por ti mañana. La niña cruzó los dedos sin que nadie la viera y pidió un deseo: “Espero que sea la mejor familia del mundo”. La noche de aquel día se la pasó en vela dando de saltos y haciendo piruetas dentro de su cabeza, imaginaba cómo sería la familia perfecta: “Sin duda ¡una familia de pasteleros sería la mejor familia del mundo!”, pensó primero y en ese instante aparecieron a su alrededor tartas, bollos, merengues y orejas de chocolate para comer a todas horas. Pero después se le ocurrió que también sería divertido sumarse a una familia de piratas, o a una de astronautas, o a una de domadores de tigres. Yo di vuelta a la hoja y brotaron en el libro esas páginas resplandecientes de las que se componen todos los libros que invitan a imaginar. Me puse a jugar mi parte y empecé a inventar posibilidades: primero me vi con una familia de aviadores, luego me sumé a una de marcianos, le seguí con una de escarabajos y otra de personas azules, también incluí a la de los coleccionistas de lámparas, cocodrilos y submarinos, a las de guardabosques, beduinos y robots parlantes. ¿Quién ha dicho que sólo a bordo de un cohete se puede ir de paseo a la luna, o que hay que ser repostero profesional para cocinar el mejor pastel marmoleado del mundo, o que hay que pertenecer a la caravana de un circo para ser una gran equilibrista? Y si no me creen que se pueda tener algo de todo en una misma familia pregúntenle a Carlota. La mejor familia del mundo de Susana López, Ulises Wenselles e ilustración de Rodrigo Folgueira, es mucho más que una historia de adopción. Y es que, también fuera de los orfanatos se sueña con tener la mejor familia del mundo,