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Respuesta dada por: alexaramirez2234
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espero te sirva:)

Explicación:

En la dehesa la diversidad local de plantas, sobre todo herbáceas anuales, alcanza valores comparables con los hábitats más diversos del mundo gracias a la mezcla de distintos ambientes como bosques, pastizales, matorrales y cultivos.

ARBOLADO

El arbolado se considera el elemento esencial de la dehesa dadas las múltiples funciones que desempeña. Su función productiva, de ramón, leña, corcho y principalmente bellota, es la más conocida y ha tenido distinto valor en las economías locales a lo largo del tiempo. Por otro lado, destaca por su importante función ecológica, ya que el arbolado juega un papel fundamental en la estabilización del ecosistema y contribuye de forma significativa a la creación de distintos ambientes que favorecen la biodiversidad.

El arbolado se compone en su mayoría de especies del género Quercus, principalmente encina (Quercus ilex subsp. ballota) y alcornoque (Quercus suber), y ocasionalmente otras especies como acebuche (Olea europaea var. sylvestris), quejigo (Quercus faginea) y quejigo andaluz (Quercus canariensis). De manera local pueden encontrarse manchas adehesadas de pino piñonero (Pinus pinea), melojo (Quercus pyrenaica), fresno (Fraxinus angustifolia), algarrobo (Ceratonia siliqua), castaño (Castanea sativa), cornicabra (Pistacia terebinthus) o coscoja (Quercus coccifera).

MATORRAL

Aunque los matorrales se encuentran típicamente asociados a la dehesa, su presencia suele ser escasa y temporal, ya que su control, para beneficio de los pastizales, suele llevarse a cabo mediante el adecuado manejo del ganado, los cultivos agrícolas en rotación y las labores de desbroce. Los matorrales juegan un papel importante en la dehesa, contribuyendo a la estabilidad del suelo, facilitando la regeneración del arbolado, diversificando el paisaje, creando hábitat para muchas especies de fauna silvestre, además de constituir una reserva de forraje para el ganado de gran valor en los años menos favorables.

Las especies más características son en su mayoría jarales (Cistus ladanifer, C. monspeliensis y C. crispus), abundando también otras como el cantueso (Lavandula stoechas), tomillo (Thymus vulgaris), romero (Rosmarinus officinalis) y retama amarilla (Retama sphaerocarpa). El matorral noble aparece representado por madroño (Arbutus unedo), brezos (Erica spp.), labiérnago (Phillyrea angustifolia), mirto (Myrtus communis), etc.

PASTIZAL

El pasto herbáceo constituye un importante recurso no sólo alimenticio, sino también genético. Este estrato presenta una alta variabilidad tanto en composición específica como en recubrimiento y fenología, en función del tipo de suelo, de su humedad, de la intensidad del uso ganadero, del tipo de manejo, etc. En los pastos de las dehesas existe un amplio mosaico de comunidades vegetales con una gran riqueza específica, superior en muchos casos a otros sistemas mucho menos intervenidos por el hombre.

Los pastos más abundantes en la dehesa están constituidos fundamentalmente por comunidades de terófitas con una gran presencia de leguminosas de interés pastoral, como Trifolium glomeratum, T. arvense, T. tomentosum, Medicago spp., Anthyllis lotoides, etc. No obstante, en aquellas zonas sometidas a un pastoreo intenso aparecen los majadales, constituidos por especies anuales y vivaces como la Poa bulbosa y el Trifolium subterraneum, constituyendo el tipo de pastizal de mejor calidad que podemos encontrar en la dehesa. En las vaguadas y depresiones con acumulación de agua de escorrentía aparecen los vallicares, comunidades pascícolas constituidas por gramíneas altas perennes y escasez de leguminosas, siendo las especies más características Agrostis spp.

En los espacios más llanos e intervenidos, aparecen los cultivos forrajeros en rotaciones más o menos espaciadas, dependiendo de la aptitud del suelo. Los cultivos en la dehesa sirven para proporcionar alimento al ganado en los momentos de bache alimenticio y controlar el grado de ocupación del matorral, aunque a veces las cosechas han estado orientadas a la alimentación humana. Los cultivos más habituales en la dehesa son los cereales (avena, trigo, triticale, cebada, centeno) y algunas leguminosas (veza, altramuz “tremosilla”), bien solos o en mezclas.

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