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Ventajas
Uno de los beneficios más grandes de tener una sede en EE.UU. es el otorgamiento de una residencia corporativa y, en consecuencia, la posibilidad de acceder a los juzgados americanos. El sistema legal civil americano es uno de los mejores, o quizá el mejor, del mundo y es alto el nivel de protección de un negocio ante situaciones donde proveedores o socios no respetan contratos. Los jueces hacen cumplir las leyes. A diferencia de los sistemas legales de otros países, hay muy poca corrupción. Una empresa en EE.UU. tiene la confianza de presentar una demanda en cualquier juzgado con la seguridad de encontrar un juez competente y neutral, al menos en la mayoría de los casos.
Es beneficioso, también, para una empresa hacer negocios con compañías americanas en su territorio, pues la empresa tiene la posibilidad de acordar que la sede de sus disputas en los Estados Unidos sea en donde esté su oficina. Suele suceder que las empresas americanas toman ventaja al saber que les será difícil y costoso a las compañías sudamericanas obtener jurisdicción en los Estados Unidos.
Como se mencionó antes, la presencia en los Estados Unidos puede traer el beneficio colateral de obtener una visa de negocios o hasta la residencia. En la medida en que la sede americana va creciendo y contrata empleados, la posibilidad de obtener visas para migrar aumenta. La mayoría de las visas de negocios están ligadas a la inversión de capital o a la creación de empleo, por eso la presencia en los Estados Unidos ayuda mucho.
Sin duda, un beneficio más es el prestigio. Muchas empresas no tienen necesidad vital o estratégica de estar en los Estados Unidos, pero lo hacen por una cuestión de reconocimiento empresarial. EE.UU. es una jurisdicción prestigiosa para los negocios; tener éxito envía una buena señal a tus clientes o socios comerciales. Ejemplo de ello son PwC, KPMG, E&Y o Deloitte, no tienen una sede en Manhattan, New York, pero su presencia es una cuestión de prestigio.
En específico para Miami, la ventaja es la distancia. Se encuentra a tres horas de Bogotá, a cinco de Lima, a ocho de São Paulo y a nueve horas de Buenos Aires. Además, existe vuelo directo a casi todas las capitales sudamericanas (la accesibilidad ha sido crucial para que mis clientes consideraran establecer sede legal en Miami).
Desventajas
Es oportuno partir de los costos operativos en las desventajas. Aunque hay más ventajas en proporción, la gran razón por la que las empresas deciden no ingresar al mercado americano, aunque sea con una sede pequeña, es el costo. Mantener una compañía trae costos legales, tributarios y de cumplimiento. Eso sin contar los gastos de rentar una oficina, contratar empleados y demás. Si bien los costos se pueden minimizar, si es que la empresa es simplemente usada como medio de facturación, hay muchas medidas de precaución y planeación tributaria que hay que tomar en cuenta. Para esto se necesita un asesor legal con experiencia y los abogados americanos no tienen fama de ser económicos.
La segunda gran desventaja, que se desprende de la primera, son los impuestos. Es cierto que las consecuencias de no pagar impuestos en los EE.UU. son graves, pero hay una percepción errada en la mayoría de los pequeños o medianos empresarios con respecto de los impuestos que se pagan en el país. Si bien la discusión sobre el tema tributario podría tomar un libro entero, la mayoría de los negocios que tienen sedes pequeñas terminan pagando muy pocos impuestos porque la gran parte de la actividad que genera la ganancia de la empresa está en otra jurisdicción.
Desde mi experiencia, por ejercer el derecho en Miami, yo siempre motivo a mis amigos empresarios sudamericanos a tener una sede en los Estados Unidos como una buena inversión para la empresa a largo plazo. De cualquier modo, espero que este artículo ayude a aclarar dudas sobre el tema.
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