b. Los seres humanos, y por lo tanto los jóvenes y los niños, cuando practicamos una actividad lo hacemos, entre otras, por dos razones: porque la vemos hacer a otros imitación y porque tenemos facilidad para realizarla.
Como bien ha estudiado el psicólogo Bandura, la imitación de un buen modelo es una de las principales formas de aprendizaje humano. Por eso, cuando hablas con una persona que ha leído desde niño, normalmente dice que su padre, su madre,
un abuelo... era un gran lector que, con su ejemplo y cariño, le enseñó a amar la lectura. El niño que no tiene un buen modelo tiene menos probabilidades de ser un entusiasta de la lectura. De la misma manera, el que tiene dificultades para entender el lenguaje escrito -porque no tiene buena velocidad lectora, se equivoca al leer, no entiende lo que lee, etc, tiene menos posibilidades de ser un buen lector. En mis largos años de experiencia nunca he visto a ningún niño que, no siendo un
buen lector y leyendo con gran esfuerzo, le guste y quiera leer.
tengo ese texto y me piden decir que tipo de texto es si es narrtivo o drama o lirico
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En muchas instituciones educativas se programan con frecuencia campañas para el fomento de la lectura. No solo para contrarrestar la influencia de la televisión y otros medios, sino para estimular varios valores como el ejercicio de la inteligencia, la imaginación, la sensibilidad y el enriquecimiento del vocabulario. Uno de los problemas escolares actuales es el deficiente uso de la ortografía de los estudiantes, que se resolvería en gran medida si tuvieran buenos hábitos de lectura.
Se puede iniciar el interés por la lectura desde una edad temprana cuando el chico no sabe leer. Se le pueden contar y leer cuentos y pueden ver leer libros a sus padres y hermanos.
Hay otros medios para fomentar la lectura, como orientarles a los libros o diccionarios cuando los pequeños preguntan sus "porqués"; es positivo tener un conversación sobre la base de una lectura reciente; ponerles en contacto con libros interesantes y amenos; regalarles libros por su cumpleaños, santo o vacaciones; leerles el comienzo de un libro y animarles a que continúen ellos solos y visitar librerías con los hijos.
Para enseñar a los pequeños hay que tener una disposición activa: comprender lo que se lee y criticar las ideas, aceptando o rechazando lo que se dice.
Como en la actualidad se publican miles de libros a los que no podemos tener acceso, es necesario hacer una selección, con el buen criterio de los padres y los profesores. No podemos leer lo primero que caiga en nuestras manos. Hay libros buenos que hacen mucho bien y hay libros malos que hacen mucho mal, también a los mayores.
Como en otros campos educativos, el mejor estímulo para la lectura es el ejemplo de los padres. Los chicos se harán lectores si ven que sus padres compran libros de vez en cuando, si saben seleccionar sus lecturas, si leen y comentan esos libros con sus hijos. Los libros son para leerlos y no para rellenar una estantería de la sala de estar
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