• Asignatura: Psicología
  • Autor: eddychurry
  • hace 3 años

acciones que reflejan un mal buen trato en el seno del hogar​

Respuestas

Respuesta dada por: Monsterjet
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Respuesta:

1. Proporcionar afecto y apoyo.

Todos necesitamos recibir atención, respeto, afecto y reconocimiento para nuestro desarrollo personal. El no satisfacer esas necesidades básicas, da lugar a la aparición de comportamientos conflictivos. Cuando los padres y las madres proporcionan afecto y apoyo a sus hijos/hijas, los menores se sentirán aceptados, valorados y especiales. A continuación te mostramos algunas opciones para demostrar afecto y apoyo a los pequeños:

Acariciarlos, sobre todo cuando son pequeños.  

Juega e interaccionar con ellos.

Escucha lo que tengan que decir, intenta comprender lo que quieren decir, aunque no siempre se esté de acuerdo con ello.  

Habla con tus hijos/hijas con frecuencia en un tono amable y respetuoso; firme cuando haya que comentarles aspectos que no les guste oír.

Pide que contribuyan a hacer algo que les gusta y que, a la vez, es positivo para todos; y agradecer su ayuda y esfuerzo.

Disfruta de su compañía y hacérselo notar.

Transmite interés por lo que piensan, sienten y hacen.

Transmite expectativas positivas sobre sus capacidades, habilidades y potencialidades.

Comparte con ellos sentimientos, ideas, planes, compromisos, tiempo y actividades para que padres, madres e hijos se conozcan, apoyen y protejan mutuamente.

Ten comportamientos amables y respetuosos que los hijos puedan imitar.  

2. Dedicar tiempo para interaccionar con los hijos.

Las distintas responsabilidades que han de asumir cada día en la vida familiar, laboral y social hacen que el tiempo se perciba escaso para conciliar y responder adecuadamente a todas ellas. Esto lleva consigo contar con pocas opciones para el descanso y el disfrute personal y familiar.

La percepción de la falta de tiempo lleva a los padres y las madres a distribuirlo entre distintas tareas y rara vez se planifica  tiempo exclusiva para interaccionar tranquilamente con los hijos/hijas. Esto puede deberse a que los padres y madres entienden que están con ellos mientras conviven en casa, que tienen lo que necesitan, que controlan lo que hacen, y que el hecho de vivir bajo el mismo techo ya facilita su desarrollo personal. Sin embargo, los padres y madres pueden tener sentimientos de culpa por no poder interaccionar con sus hijos todo el tiempo que desearían.

3. Comprender las características evolutivas y de comportamiento de los hijos a una determinada edad.

Con cierta frecuencia los padres y madres comentan que les cuesta entender el comportamiento de sus hijos; esto se produce tanto si estos se encuentran en la etapa infantil como en la adolescente, dado que el comportamiento de los niños, como el de los adultos, no se mantiene siempre igual. Varía en función de muchos aspectos, como puede ser el contexto y las personas con las que uno se relacione en cada momento, el vínculo afectivo que tengamos con ellas, la situación en que nos encontremos, el grado de ánimo o de cansancio que uno tenga, etc. También varía en función de la edad que tengamos y de la etapa de desarrollo en que nos encontremos.

4. Comunicarse abiertamente con los hijos, escuchar y respetar sus puntos de vista y promover su participación en la toma de decisiones y en las dinámicas familiares.

La comunicación abierta y sincera entre padres y madres e hijos es fundamental para promover un clima de convivencia adecuado en la familia. Contribuye a la construcción del respeto mutuo y al desarrollo personal, de la autoestima y afectivo de todos sus miembros.

5. Establecer límites y normas para orientar el adecuado comportamiento de los hijos y generar expectativas de que cooperarán en su cumplimiento.

Los niños y las niñas necesitan límites que les ayuden regular sus comportamientos espontáneos, sobre todo cuando estos tienden a ser poco adaptados o poco respetuosos con los demás, con los objetos o con el ambiente y contexto que les rodea. Los hijos necesitan que sus padres y madres les vayan orientando desde pequeños para que aprendan a respetar las normas establecidas en el hogar, en los centros escolares y en la sociedad, así podrán adaptarse progresivamente a las exigencias de convivencia.

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