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En 1835, cuando Orbegoso y Santa Cruz pactaron para la realización de la confederación entre Perú y Bolivia, Gamarra se opuso pero fue derrotado en la Batalla de Yanacocha, teniendo que exiliarse nuevamente (1835). Conspiró desde Chile contra la constituida Confederación Perú-Boliviana encabezada por Santa Cruz e integró la Segunda Expedición Restauradora dirigida por el general chileno Manuel Bulnes. Desembarcada la expedición en el Perú, Gamarra intervino como Director General de operaciones en la campaña militar que culminó con la derrota de los confederados en la batalla de Yungay, tras la cual huyó Santa Cruz y finalizó la Confederación (1839). Gamarra ejerció provisionalmente la presidencia del Perú, hasta que el Congreso reunido en Huancayo lo ratificó como Presidente Constitucional del Perú. Este segundo mandato duró de 1839 a 1841. Volvió a intervenir en Bolivia, pero fue derrotado y muerto en la batalla de Ingavi (18 de noviembre de 1841).
Una de las ideas que obsesionaba más a Gamarra era la anexión de Bolivia. Compartía esta inquietud con Santa Cruz. Sin embargo, mientras Santa Cruz pensaba en la creación de un Estado Federado, Gamarra pensaba en la vuelta de Bolivia al Perú, de donde se había separado luego de declarar su independencia en el Congreso de Chuquisaca, en el año de 1825.
Cuando el general Felipe Santiago Salaverry se rebeló contra del gobierno de Orbegoso y se proclamó Jefe Supremo del Perú (1835), Santa Cruz y Gamarra vieron la ocasión propicia para realizar sus planes. Desde Bolivia, Gamarra ingresó al Perú y ocupó el Cuzco. Entonces Orbegoso (que se encontraba en Arequipa), haciendo uso de una autorización del Congreso dada durante la guerra civil de 1834, llamó en su auxilio a Santa Cruz. Dos mil bolivianos cruzaron la frontera y Orbegoso delegó el mando en Santa Cruz.
Ante la unión de Orbegoso y Santa Cruz, Gamarra y Salaverry sumaron entonces fuerzas contra la invasión boliviana. Gamarra fue el primero que se enfrentó con Santa Cruz, su antiguo aliado, pero fue derrotado en la batalla de Yanacocha (13 de agosto de 1835).
Fugitivo, Gamarra llegó a Lima, en donde las autoridades lo tomaron prisionero y lo deportaron a Costa Rica. Eliminado Gamarra, quedaron frente a frente Santa Cruz y Salaverry. Con la derrota y fusilamiento de este último, Santa Cruz pudo al fin establecer la Confederación Perú-Boliviana (1836).
Pero Gamarra no cejó en su empeño de destruir la Confederación. Salió a buscar el apoyo de Ecuador y luego el de Chile, con el fin de organizar una gran Expedición “Restauradora”. Un ejército aliado chileno-peruano encabezado por el general chileno Manuel Bulnes desembarcó en Ancón, el 7 de agosto de 1838. Gamarra iba a la cabeza de los “emigrados peruanos”.
Mientras tanto Orbegoso, como Presidente del Estado Nor-Peruano, se había separado de la Confederación y quiso oponerse al avance de los restauradores. Se produjo el Combate de Portada de Guías, en las afueras de Lima (21 de agosto de 1838), donde fueron derrotados los orbegosistas, debido a su inferioridad numérica. Este resultado abrió las puertas de Lima a los restauradores. Gamarra tomó el poder y fue proclamado como Presidente provisional del Perú, en sesión de Cabildo Abierto del 25 de agosto de 1838. Pero en noviembre de ese año los restauradores tuvieron que abandonar la capital, que volvió a poder de los confederados.
Los restauradores decidieron entonces cambiar el escenario de la lucha. Se retiraron al Callejón de Huaylas (norte peruano), donde se aprovisionaron y reorganizaron. Gamarra iba como Director General de las operaciones. Tras un primer encuentro indeciso en Buin, los restauradores derrotaron definitivamente a los confederados en la batalla de Yungay (20 de enero de 1839). Santa Cruz huyó apresuradamente hacia Lima y de allí partió al destierro. Así finalizó el régimen de la Confederación.
Gamarra retornó triunfalmente a Lima el 24 de febrero de 1839 y fue confirmado como Presidente provisional. Un objetivo prioritario que se trazó fue dar al país una nueva Constitución Política, para lo cual convocó a un Congreso General en la ciudad de Huancayo; no lo hizo en Lima pues aún se hallaba el ejército chileno en víspera de repatriarse
Una de las ideas que obsesionaba más a Gamarra era la anexión de Bolivia. Compartía esta inquietud con Santa Cruz. Sin embargo, mientras Santa Cruz pensaba en la creación de un Estado Federado, Gamarra pensaba en la vuelta de Bolivia al Perú, de donde se había separado luego de declarar su independencia en el Congreso de Chuquisaca, en el año de 1825.
Cuando el general Felipe Santiago Salaverry se rebeló contra del gobierno de Orbegoso y se proclamó Jefe Supremo del Perú (1835), Santa Cruz y Gamarra vieron la ocasión propicia para realizar sus planes. Desde Bolivia, Gamarra ingresó al Perú y ocupó el Cuzco. Entonces Orbegoso (que se encontraba en Arequipa), haciendo uso de una autorización del Congreso dada durante la guerra civil de 1834, llamó en su auxilio a Santa Cruz. Dos mil bolivianos cruzaron la frontera y Orbegoso delegó el mando en Santa Cruz.
Ante la unión de Orbegoso y Santa Cruz, Gamarra y Salaverry sumaron entonces fuerzas contra la invasión boliviana. Gamarra fue el primero que se enfrentó con Santa Cruz, su antiguo aliado, pero fue derrotado en la batalla de Yanacocha (13 de agosto de 1835).
Fugitivo, Gamarra llegó a Lima, en donde las autoridades lo tomaron prisionero y lo deportaron a Costa Rica. Eliminado Gamarra, quedaron frente a frente Santa Cruz y Salaverry. Con la derrota y fusilamiento de este último, Santa Cruz pudo al fin establecer la Confederación Perú-Boliviana (1836).
Pero Gamarra no cejó en su empeño de destruir la Confederación. Salió a buscar el apoyo de Ecuador y luego el de Chile, con el fin de organizar una gran Expedición “Restauradora”. Un ejército aliado chileno-peruano encabezado por el general chileno Manuel Bulnes desembarcó en Ancón, el 7 de agosto de 1838. Gamarra iba a la cabeza de los “emigrados peruanos”.
Mientras tanto Orbegoso, como Presidente del Estado Nor-Peruano, se había separado de la Confederación y quiso oponerse al avance de los restauradores. Se produjo el Combate de Portada de Guías, en las afueras de Lima (21 de agosto de 1838), donde fueron derrotados los orbegosistas, debido a su inferioridad numérica. Este resultado abrió las puertas de Lima a los restauradores. Gamarra tomó el poder y fue proclamado como Presidente provisional del Perú, en sesión de Cabildo Abierto del 25 de agosto de 1838. Pero en noviembre de ese año los restauradores tuvieron que abandonar la capital, que volvió a poder de los confederados.
Los restauradores decidieron entonces cambiar el escenario de la lucha. Se retiraron al Callejón de Huaylas (norte peruano), donde se aprovisionaron y reorganizaron. Gamarra iba como Director General de las operaciones. Tras un primer encuentro indeciso en Buin, los restauradores derrotaron definitivamente a los confederados en la batalla de Yungay (20 de enero de 1839). Santa Cruz huyó apresuradamente hacia Lima y de allí partió al destierro. Así finalizó el régimen de la Confederación.
Gamarra retornó triunfalmente a Lima el 24 de febrero de 1839 y fue confirmado como Presidente provisional. Un objetivo prioritario que se trazó fue dar al país una nueva Constitución Política, para lo cual convocó a un Congreso General en la ciudad de Huancayo; no lo hizo en Lima pues aún se hallaba el ejército chileno en víspera de repatriarse
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