Infancia y sociedad. Aprender a pensar Andrea Bárcena En el diseño y la planeación de una educación básica realmente moderna, los contenidos temáticos son lo menos importante. Lo fundamental es definir prácticas y estrategias para desarrollar las capacidades intelectuales, emocionales y plásticas del cerebro. Parafraseando a Picasso, decimos que los niños son geniales, pero es difícil que su genialidad sobreviva a las prácticas nefastas de la escuela tradicional, que aplanan y cuadriculan mentes, apagan miradas brillantes y extinguen la capacidad de asombro. Para estimular la inteligencia, lo recomendable es no saturar a los alumnos de asignaturas y temas preseleccionados; no agobiarlos con tareas ni exámenes inútiles. Eso no da buenos resultados. En cambio, son cada vez más reconocidos los beneficios de la filosofía escolar, que no significa enseñar historia de la filosofía ni teorías de los grandes pensadores, sino la oportunidad de filosofar: construir preguntas, buscar respuestas, saber escuchar a los otros, aprender a exponer ideas y saber intercambiar puntos de vista con el profesor y los demás alumnos. Así nos sorprendemos al constatar que los niños, aun los pequeños, tienen opiniones propias sobre el amor, la guerra, el miedo, el dinero o la belleza. Muchas investigaciones —como la realizada en Reino Unido por la Fundación para Dotaciones Educativas— han demostrado que talleres semanales de filosofía a pequeños de 4 a 9 años empiezan a dar resultados asombrosos a los dos o tres meses de iniciados: mejoran comprensión lectora, habilidades matemáticas y lingüísticas y capacidades de expresión. Mediante estos talleres, los niños aprenden a razonar —la memorización, como corresponde, queda relegada un papel mínimo— y hacen uso mayor de sus capacidades intelectuales, que, a fin de cuentas, son la mejor arma que tenemos los humanos para caminar por la vida. Bárcena, Andrea, “Infancia y sociedad. Aprender a pensar”, La Jornada, 20 de agosto de 2016. El enunciado que sustenta la postura de la autora es:
A) Aprender a razonar es la mejor arma para caminar por la vida
B) La escuela tradicional propicia el desarrollo intelectual
C) Saturar a los alumnos de tareas es el camino adecuado para alcanzar el éxito
D) Los niños deben memorizar las lecciones escolares

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Respuesta dada por: BIMBOXING
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En la educación básica deben definirse estrategias para desarrollar capacidades intelectuales y emocionales, y no sólo limitarse a la memorización de temas.

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