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Respuesta:
La explicación que da Freud sobre las cuestiones religiosas es parcial, como lo es toda teoría. Freud
siempre tuvo muy en claro que con sus estudios no agotaba el problema de la religión. Aún así,
aportó argumentos de gran valor para abrir la puerta a la comprensión del fenómeno religioso,
basados en los fundamentos sólidos del psicoanálisis.
Para entender el pensamiento de Freud sobre la religión es necesario conocer un poco sobre
el “caldo de cultivo” en el que vivió; la subjetividad de su época y también su propia subjetividad.
Freud hace su formación en una época en la que el Imperio Austrohúngaro era el centro de una
corriente predominante del pensamiento llamado positivismo. El positivismo está en el espíritu de la
época, es una manera de pensar del siglo XIX, un período caracterizado por un gran desarrollo
industrial y de las ciencias naturales.
En esta época, la filosofía de la naturaleza de Hegel y Schelling (especulativo-idealista) va
siendo sustituida progresivamente por el método inductivo de investigación en laboratorios. La
tecnificación y la industrialización fortalecen el materialismo y se quiere demostrar con los
experimentos en animales que la vida psíquica depende de las funciones corporales, postulando la
idea de que el pensamiento es un producto del cerebro. El materialismo médico de la época fue
favorecido por el avance de la anatomía y la fisiología. En 1855 el médico L. Buchner, en su libro
Fuerza y Materia (Küng, 2005), afirma que Dios es superfluo porque la totalidad del mundo,
inclusive el espíritu humano, es explicable por la interacción de los elementos materiales y sus
fuerzas. Para Feuerbach el médico es, por naturaleza, un ateo.
Freud fue ateo desde sus tiempos de estudiante, mucho antes de ser psicoanalista. Al elegir
su profesión, a los 17 años se encuentra con el Dr. Ernst Wilhen von Brücke, profesor de fisiología y
director del Instituto de Fisiología de Viena, donde Freud trabajó durante seis años como ayudante.
Brücke era el representante de la corriente positivista más eminente en Viena y uno de los
principales promotores de la fisiología mecanicista de la escuela médica de Helmoltz.
Hermann Helmholtz es quien formula y establece la ley de conservación de energía, primer
axioma de la termodinámica (el calor nunca puede volver a convertirse integralmente en energía)
Con esta ley se consuma la concepción mecanicista del cuerpo humano sostenida por Descartes; así
como la materia inorgánica, también el cuerpo humano funciona de acuerdo a la combinación y
transformación de fuerzas físico-químicas.
Freud aplica los principios de la ciencia contemporánea suya a los procesos psicológicos que
observa en la clínica. Reduce los procesos psíquicos al juego de fuerzas que se estimulan o
reprimen, se unen unas con otras, establecen compromisos, etc. La “energía psíquica” mueve el
“aparato anímico”, término con el que nombra el alma humana. En este contexto, con el furor
científico de la época, es fácilmente comprensible la creencia establecida de que el remedio para
todos los sufrimientos provendría de la ciencia.
Explicación:
DENADA ME DAS CORONITA COFA