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Elsa Bornemann tiene una carrera impecable como autora de literatura para jóvenes y niños. Mejor dicho tiene una carrera impecable como escritora; poseedora de talento y oficio, lo que da como resultado una tremenda calidad. Además, y de regalo, ella es profesora de preescolar, básica, educación media, tiene un doctorado en literatura y ha participado en la formación de docentes. Pero su gran plus es una sensibilidad cuidada, desarrollada, afinada.
Los seres humanos No somos irrompibles, pero esa es una verdad de la caja de las verdades olvidadas. Tiene que venir entonces, Elsa Bornemann a recordárnoslo.
"Los cristales pueden quebrarse.
A veces, basta un leve golpe de abanico.
Las telas suelen desgarrarse al contacto de una diminuta astilla
Se rasgan los papeles.
Se rompen los plásticos."
" ¡CUIDADO! ¡FRÁGIL! El corazón se daña muy fácilmente".
Elsa nos llama a tener cuidado con lo que decimos, cuidado con la intensidad de nuestra mirada, cuidado con esas sonrisas, esos gestos que pueden dañar al otro. Cuidado con las bromas, cuidado con no prestar la atención debida, cuidado con ese "mmm sí", cuando la otra persona esperaba un ¡Sí! galopante, luminoso, entusiasta. Se nos puede romper el corazón, pero el médico cardiólogo nos dirá que estamos sanos.
Cuando los niños y niñas leen estos catorce cuentos y relatos, se comunican con una mujer mayor que lleva siempre a cuestas y blindada su alma de niña, he ahí el secreto para producir esa comunicación confiada. Una narradora que no le habla a chicos ni chicas con palabras endulzadas ni en diminutivos. No, Elsa Bornemann tiene respeto por el alma de las gentes y el intelecto, la capacidad de comprender, de maravillarse y emocionarse es parte fundamental del alma. Entonces grandes y chicos comienzan a caminar acompañados de una sonriente amiga que sólo tuvo la buena o mala suerte de nacer antes.
¿Cuál es el momento adecuado para que un ser tome conciencia del dolor, de la barbarie, de la mala suerte? Elsa se mete en la pena, la habita, y nosotros lectores la habitamos con ella. Y la pena es parte de la vida, es parte del día a día. "Así yo distingo dicha de quebranto, los dos materiales que forman mi canto" , dice Violeta Parra.
Hay en este libro tres relatos que se incorporan al baúl de lo imprescindible cuando hablamos de formación valórica y educación emocional. Dos relatos duros, sin mentiras piadosas: "Mil grullas", la historia de la bomba atómica lanzada en Hiroshima y los niños que vivían bajo ese cielo. Un puñetazo al voluntarismo, un recuerdo de que la magia no aparece a cada rato en nuestras vidas. Un llamado a cuidar la paz, responsabilidad de todos. "No me olvides", es un clamor de que aprovechemos cada minuto de la vida para decir que nos queremos. Estamos prestados aquí y la desgracia puede estar ahí, en una piscina sin reja, en la corriente de un canal o en un rayo que caerá del cielo sin poder evitarlo. Un llamado a la prudencia, al autocuidado a pensar en las consecuencias de nuestros mínimos actos. A esos dos relatos magistrales se une la sutileza de "Ventanas", un juego, una comedia de risa, sonrisa y tristeza. Nos damos de cara contra una realidad no amable, pero vamos de la mano de una buena amiga, una buena guardiana: Elsa Bornemann.
Hay un periodo de la vida en que se está en territorio de nadie, el potrero ese entre la niñez y la adolescencia. Nos movemos entre cuentos infantiles y dramas de adultos. Comprendemos un poco y creemos que lo sabemos todo. Elsa conversa cara a cara con esa chica y ese chico que por primera vez se han enamorado y empiezan a sentir la parte no grata del amor.
Hoy, cuando los padres tienen tan poco tiempo para compartir con sus hijos deben encontrar el tiempo para saber quiénes son sus amigos y las amigas, deben verles las caras, saber con quién hablan por teléfono y con quien chatean, saber las cualidades de cada chico y chica, conocerles las risas . También les pueden presentar una amiga grande, cariñosa, inteligente , preparada, generosa, alegre. Sí señores padres y madres, conozcan a Elsa Bornemann, disfruten de sus relatos, comenten con sus hijos e hijas. El mundo está allí, entero, con luces y sombras. Elsa pone su corazón en estas páginas. Se agradece.
Los seres humanos No somos irrompibles, pero esa es una verdad de la caja de las verdades olvidadas. Tiene que venir entonces, Elsa Bornemann a recordárnoslo.
"Los cristales pueden quebrarse.
A veces, basta un leve golpe de abanico.
Las telas suelen desgarrarse al contacto de una diminuta astilla
Se rasgan los papeles.
Se rompen los plásticos."
" ¡CUIDADO! ¡FRÁGIL! El corazón se daña muy fácilmente".
Elsa nos llama a tener cuidado con lo que decimos, cuidado con la intensidad de nuestra mirada, cuidado con esas sonrisas, esos gestos que pueden dañar al otro. Cuidado con las bromas, cuidado con no prestar la atención debida, cuidado con ese "mmm sí", cuando la otra persona esperaba un ¡Sí! galopante, luminoso, entusiasta. Se nos puede romper el corazón, pero el médico cardiólogo nos dirá que estamos sanos.
Cuando los niños y niñas leen estos catorce cuentos y relatos, se comunican con una mujer mayor que lleva siempre a cuestas y blindada su alma de niña, he ahí el secreto para producir esa comunicación confiada. Una narradora que no le habla a chicos ni chicas con palabras endulzadas ni en diminutivos. No, Elsa Bornemann tiene respeto por el alma de las gentes y el intelecto, la capacidad de comprender, de maravillarse y emocionarse es parte fundamental del alma. Entonces grandes y chicos comienzan a caminar acompañados de una sonriente amiga que sólo tuvo la buena o mala suerte de nacer antes.
¿Cuál es el momento adecuado para que un ser tome conciencia del dolor, de la barbarie, de la mala suerte? Elsa se mete en la pena, la habita, y nosotros lectores la habitamos con ella. Y la pena es parte de la vida, es parte del día a día. "Así yo distingo dicha de quebranto, los dos materiales que forman mi canto" , dice Violeta Parra.
Hay en este libro tres relatos que se incorporan al baúl de lo imprescindible cuando hablamos de formación valórica y educación emocional. Dos relatos duros, sin mentiras piadosas: "Mil grullas", la historia de la bomba atómica lanzada en Hiroshima y los niños que vivían bajo ese cielo. Un puñetazo al voluntarismo, un recuerdo de que la magia no aparece a cada rato en nuestras vidas. Un llamado a cuidar la paz, responsabilidad de todos. "No me olvides", es un clamor de que aprovechemos cada minuto de la vida para decir que nos queremos. Estamos prestados aquí y la desgracia puede estar ahí, en una piscina sin reja, en la corriente de un canal o en un rayo que caerá del cielo sin poder evitarlo. Un llamado a la prudencia, al autocuidado a pensar en las consecuencias de nuestros mínimos actos. A esos dos relatos magistrales se une la sutileza de "Ventanas", un juego, una comedia de risa, sonrisa y tristeza. Nos damos de cara contra una realidad no amable, pero vamos de la mano de una buena amiga, una buena guardiana: Elsa Bornemann.
Hay un periodo de la vida en que se está en territorio de nadie, el potrero ese entre la niñez y la adolescencia. Nos movemos entre cuentos infantiles y dramas de adultos. Comprendemos un poco y creemos que lo sabemos todo. Elsa conversa cara a cara con esa chica y ese chico que por primera vez se han enamorado y empiezan a sentir la parte no grata del amor.
Hoy, cuando los padres tienen tan poco tiempo para compartir con sus hijos deben encontrar el tiempo para saber quiénes son sus amigos y las amigas, deben verles las caras, saber con quién hablan por teléfono y con quien chatean, saber las cualidades de cada chico y chica, conocerles las risas . También les pueden presentar una amiga grande, cariñosa, inteligente , preparada, generosa, alegre. Sí señores padres y madres, conozcan a Elsa Bornemann, disfruten de sus relatos, comenten con sus hijos e hijas. El mundo está allí, entero, con luces y sombras. Elsa pone su corazón en estas páginas. Se agradece.
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El resumen del libro no somos irrompibles fue escrita por Elsa bornemann,
Y relata acerca de los verdaderos sentimientos que experimentamos todas las personas, nos enseña el valor de la paciencia y el amor, ya que todas las personas somos frágiles no somos irrompibles tenemos la tendencia natural a experimentar sentimientos dolorosos , por lo que la paciencia el tiempo y el amor son los principales remedios que nos ayudan a superar estás dificultades.
La historia relata acerca de un chico cuyo nombre era Gustavo y una muchacha, ellos eran dos niños que empezaban a descubrir el mundo, forjaron una gran amistad y juntos aprendieron el verdadero valor del amor y la amistad incondicional.
Ver más: https://brainly.lat/tarea/11922020
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