Respuestas
Perdon me equivoque de respuestas esta es la explicación concreta a tu pregunta espero que te sea útil
Nosotros no aceptamos la separación de la economía de lo humano, del
desarrollo de las civilizaciones en que está inscrito. Lo que cuenta para
nosotros es el hombre, cada hombre, cada agrupación de hombres, hasta la
humanidad entera.
lo que la Iglesia propone en materia de economía, lo ha hecho desde el punto de
vista de la persona. Siempre que la Iglesia se pronuncie en materia social en general,
y en lo económico particularmente, lo hará partiendo desde la antropología
presentada en el capítulo anterior. Así, por ejemplo, cuando se refiere a la
producción o al desarrollo económico, nos dice:
La finalidad fundamental de esta producción no es el mero incremento de los
productos, ni el lucro, en el poder, sino el servicio del hombre: del hombre
integral, teniendo en cuenta el orden de sus necesidades materiales y de sus
exigencias intelectuales, morales, espirituales y religiosas: del hombre,
decimos, cualquiera que sea, como de cualquier grupo de hombres, sin
El desarrollo económico debe quedar bajo el control del hombre, y no sólo al
arbitrio de unos pocos hombres o grupos dotados de excesivo poder económico,
ni se ha de dejar en manos de la sola comunidad política, ni de algunas grandes
potencias.2
Hablar del proceso económico implica hablar de quien lo lleva a cabo y la finalidad
que persigue, los beneficios o los perjuicios que le reporta. La actividad económica,
como toda actividad, es a final de cuentas trabajo. De ahí que abordaremos como
primer punto de análisis el trabajo humano, pues de la valoración que de éste se
haga, se derivarán las conclusiones sobre otros tópicos económicos fundamentales.
También se ha hablado de la orientación de la enseñanza social de la Iglesia hacia el
bien común, el cual ha sido definido por el mismo Magisterio de la siguiente
manera:
¿Qué quiere decir esto sino el desarrollo integral de todo el hombre y de todos
los hombres?3
Suma de condiciones que consienten a los individuos y a las colectividades
alcanzar su propia perfección más plena y rápidamente.4
No es la simple suma de los intereses particulares, sino que implica su
valorización y armonización, hecha según una equilibrada jerarquía de valores
y, en última instancia, según una exacta comprensión de la dignidad y de los
derechos de la persona