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Sin lugar a dudas cualquier negocio tiene un primer paso fundamental, desarrollar y definir el producto que desea ofrecer a sus clientes. Esto en las instituciones educativas es muy complejo, sin embargo debemos tener claro que para tener éxito en el reclutamiento de nuevos alumnos (clientes) y para mantener a los actuales y fidelizarlos, debemos crear y desarrollar el producto adecuado para nuestro mercado objetivo. Existen muchas posiciones en relación a cuanto se puede crecer con un producto no tan bueno, pero con una buena campaña branding, sin embargo, yo discrepo de esto, como alguien que conoce bien el proceso de ventas, estoy convencido que un producto bien desarrollado para satisfacer las necesidades del cliente nos garantiza un crecimiento sostenido y nos permite desarrollar estrategias de mejora a largo plazo.
Ahora bien, es importante preguntarnos ¿Qué consideramos producto en Educación? Sin lugar a duda, una cuestión muy complicada y que puede tener muchas respuestas. Sin embargo, no debemos tener temor de enfrentar el tema y definirlo, esto nos beneficiará mucho como institución cuando tengamos claro el concepto. En cuanto al concepto de producto en educación, yo comparto lo expresado por Klumer “Es el desarrollo de contenidos, metodologías, atención y evaluación que hace que un cliente se decante por una organización determinada y salga en número estipulado de años con un bagaje en esos aspectos diferente al que tenia cuando entró. En buena medida lo que en educación definimos como Proyecto Educativo