Respuestas
Respuesta:Transformación del Estado argentino y cambios en el modelo de relaciones
laborales en el sector público: período 2003-2015
Luis Federico Padin
1. Centralidad del Estado
La figura del Estado adquiere indiscutida centralidad en el marco de todo proceso político,
constituyendo un elemento indispensable para la implementación de las políticas públicas, con
independencia de los beneficiarios de las mismas. Aún la versión más extrema del fundamentalismo del
mercado, que hace culto a la no intervención estatal y postula la reducción del Estado a su mínima
expresión, no constituye más que una argucia discursiva que oculta su real trascendencia en tanto garante
de un orden social dado, ya sea, desde esta perspectiva, para la contención de la conflictividad que
generan los procesos que expulsan del sistema a las grandes mayorías, como para la instauración de un
cuerpo normativo que garantice y consolide un determinado patrón de acumulación.
Por el contrario, y sin que ello suponga desconocer las complejidad y el carácter a menudo
contradictorio de las políticas y líneas de acción que coexisten al interior de un mismo proceso político,
puede válidamente afirmarse que en el marco de gobiernos de corte popular, es notoria la entidad que se
asigna al Estado como herramienta vital e insustituible para morigerar inequidades de diversas
características, contraponiendo la lógica del bien común por sobre los intereses de las corporaciones
económicas. A tal fin, se valora positivamente la acción gubernamental en el proceso económico, como
paso infranqueable para la implementación de un orden social que tienda a asegurar condiciones dignas
de existencia, especialmente para los sectores más vulnerables de la población.
Los trabajadores del servicio civil, por su parte, han sufrido en carne propia la transición entre
ambas concepciones. Un Estado fuerte y con incidencia decisiva en el manejo y orientación de la
economía, que delimite estratégicamente el marco regulatorio en el que se desarrollarán las relaciones
económicas, y que fije diversos mecanismos de igualación tendientes a compensar las asimetrías
existentes al interior de la sociedad, requiere necesariamente de una dotación estable, altamente calificada
y con cabal conocimiento de las políticas públicas implementadas, siendo un objetivo prioritario de
gestión el mejoramiento de las relaciones de empleo en general y de las de empleo público en particular.
Por el contrario, la puesta en marcha de la concepción antagónica, con eje en achicamiento del Estado y
en la racionalización del gasto público, se traduce en el socavamiento de derechos de miles de
trabajadores estatales que, cuando no han sido objeto de abierta persecución, han visto diluida su
pertenencia al organismo de revista a través de la más variada gama de contrataciones anómalas, en clara
afectación al precepto constitucional contenido en el artículo 14 bis, que expresamente consagra la
estabilidad del empleado público, y cuya incorporación a la Constitución Nacional data del año 1957.
Explicación: