historias de piratas inventadas​

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Respuesta dada por: constanza19669
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Cuento del pirata y la princesa

Érase una vez un barco pirata que navegaba mar adentro. En el barco había una princesa. Los piratas la habían hecho prisionera y querían cambiarla por un gran tesoro.

Pero el viaje estaba siendo muy largo, muchos días muchas noches y poco a poco el capitán se enamoró de la princesa.

Ahora ya no quería cambiarla, pero no sabía como decírselo a la tripulación que esperaban el tesoro prometido.

Una tarde navegando por un mar que cada vez era más hondo, el grumete gritó:

- ¡Isla a la vista!

Era una isla pequeña, cuadrada y de color rosa.

El barco se acercó y dos piratas bajaron a tierra y tal como pusieron pie comenzaron a resbalar. El suelo resbalaba y olía a rosas.

- ¡Es jabón, capitán! – gritaron los piratas.

El capitán ordenó que cortaran un trozo y lo guardasen en la bodega del barco, para asearse cuando llegasen a puerto y cambiar lo que quedase por alguna cosa de valor.

El olor del jabón llegó hasta la bodega del barco donde estaba la princesa, que pidió al capitán un trozo para lavarse.

El capitán en persona le llevó un trozo con su mejor sonrisa puesta, mientras fuera la isla se estaba deshaciendo y el mar se llenaba de espuma.

De pronto se escuchó un grito de un pirata:

- ¡Un cocodrilo, capitán, un cocodrilo!

Y otro pirata por estribor gritó:

– ¡Capitán y por aquí hay dos patitos gigantes de goma…y son amarillos!

- ¿Dos patitos de goma…amarillos?

La princesa subió a ver que pasaba, cuando una gran ola de espuma cayó sobre el barco arrastrando a la princesa al mar.

- ¡Princesa al agua!

Rápidamente el capitán se lanzó al rescate. Cogió a la princesa y en ese instante el cocodrilo se lanzó sobre ellos.

Mordió fuerte… y de un mordisco le arrancó la pata de palo al capitán.

El cocodrilo continuaba su ataque y justo cuando más en peligro estaban, se escuchó una voz desde fuera del mar que dijo:

- Juanito, saca los juguetes de la bañera que ya voy a secarte.

En ese instante el capitán iba a darle un beso a la princesa cuando una mano les sacó del mar y no le dio tiempo.

Al cabo de un rato todos habían vuelto a su sitio, pero el capitán y la princesa habían quedado separados.

Pasó el tiempo y el capitán ya no tenía el barco, pero sí que seguía recordando a la princesa.

Ahora hacía de mecánico en un garaje de la habitación de Juanito.

La princesa ya no vivía en un castillo, ahora era cocinera en la habitación de la hermana pequeña de Juanito y no podía olvidar a aquel capitán que se lanzó al agua para protegerla.

Un día se celebró una carrera de Fórmula 1 en la habitación de Juanito. Había muchos espectadores. Entre todos destacaba una linda muchachita vestida de blanco que parecía una princesa.

A media carrera la muchacha escuchó detrás suyo una voz grave y ronca que dijo:

- ¡Rápido acelera y adelanta ahora antes de la curva!

Ella se giró despacito… aquella voz era… ¿el capitán?

Se quedaron mirando y el capitán la reconoció.

Sin decir nada se abrazaron y se dieron aquel beso que tenían pendiente.

Después, sin dejar de mirarse a los ojos:

- Yo ya no soy capitán.

- Yo ahora ya no soy princesa.

- No importa, a saber que seremos dentro de un tiempo…

Se besaron otra vez…

Y cogidos de la mano se fueron a la casa de montaña que había en la estantería de la habitación, donde vivieron felices por siempre jamás.

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