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Respuesta:
Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.
El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.:
Respuesta:
Una vez el Sol, grande y luminoso, llamó a una reunión a todos los planetas del sistema solar.
Una vez reunidos ahí, en el centro del sistema, el Sol comenzó a hablar: quizá todos se preguntan el porque están aquí, y la cuestión es muy sencilla, he decido renunciar a mi trabajo, fácilmente puedo ser sustituido y no soy tan maravilloso y magnifico como muchos piensan.
En medio de la confusión la Tierra, un planeta muy sabio, le comento al Sol: aunque te consideres no fundamental para el sistema solar, debes comprender que eres insustituible. Jamás pudiéramos vivir sin ti, el Sol el todo poderoso, el que tiene más energía que cualquiera otra estrella en este sistema. Pero sobre todo, eres el que nos permite mantener nuestros caminos y órbitas, así que no eres irreemplazable.
El Sol comprendiendo lo mucho que vale, pidió disculpa por el mal rato que hizo pasar a los planetas y dijo que seguiría trabajando en el planeta, que ya logro entender su importancia.
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