Aquí de lo que se trata más bien es de darse cuenta de que nadie comprende adecuadamente por sí mismo y sin sus iguales lo que es objetivo en su plena realidad, porque se le muestra y manifiesta siempre en una perspectiva que se ajusta a su posición en el mundo y le es inherente. Sólo puede ver y experimentar el mundo tal como éste es «realmente» al entenderlo como algo que es común a muchos, que yace entre ellos, que los separa y los une, que se muestra distinto a cada uno de ellos y que, por este motivo, únicamente es comprensible en la medida en que muchos, hablando entre sí sobre él, intercambian sus perspectivas. Solamente en la libertad del conversar surge en su objetividad visible desde todos lados el mundo del que se habla. Vivir en un mundo real y hablar sobre él con otros son en el fondo lo mismo, y a los griegos la vida privada les parecía «tonto», porque le faltaba esta diversidad del hablar sobre algo y, consiguientemente, la experiencia de cómo van verdaderamente las cosas en el mundo.
Ahora bien, esta libertad de movimiento, sea la de ejercer la libertad y comenzar algo nuevo e inaudito, sea la libertad de hablar con muchos y así darse cuenta de que el mundo es la totalidad de estos muchos, no era ni es de ninguna manera el fin de la política, aquello que podría conseguirse por medios políticos; es más bien el contenido auténtico y el sentido de lo político mismo. En este sentido, política y libertad son idénticas y donde no hay esta última, tampoco hay espacio propiamente político. Por otro lado, los medios con que se funda este espacio político y se protege su existencia no son siempre ni necesariamente medios políticos. Así, los griegos, por ejemplo, no consideran a estos medios que conforman y mantienen el espacio político actividades políticas legítimas ni admiten que sean ningún tipo de acción que pertenezca esencialmente a la polis. Pensaban que, para la fundación de una polis, era necesario en primer lugar un acto legislativo, pero el legislador en cuestión no era ningún miembro de la polis y lo que hacía no era de ningún modo “político”.
Además, pensaban que en el trato con otros estados la polis ya no debía comportarse políticamente, sino que podía utilizar la violencia, fuera porque su subsistencia estuviera amenazada por el poder de otras comunidades, fuera porque ella misma quisiese someter a otros. En otras palabras, lo que hoy llamamos política exterior no era para los griegos política en sentido propio. Más tarde volveremos sobre ello. Aquí lo importante para nosotros es que entendamos la libertad misma como algo político y no como el fin supremo de los medios políticos, y que comprendamos que coacción y violencia eran ciertamente medios para proteger o fundar o ampliar el espacio político, pero como tales no eran precisamente políticos ellos mismos. Se trata de fenómenos que pertenecen sólo marginalmente a lo político”.
Preguntas
- ¿El texto parte desde un concepto o teoría general o desde la constatación de hechos concretos?
- A partir del texto, ¿es posible hacer afirmaciones generales sobre la política?
- ¿Qué estrategias argumentativas se usa para desarrollar y conectar las ideas?
- ¿Qué consecuencias tiene la noción de política defendida por el texto para la práctica política?
- ¿Sobre qué conceptos clave es construida la argumentación? ¿Cómo son definidos?
- ¿Qué supuestos sobre el ser humano, la realidad, etc., están implicados en el texto?
Respuestas
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no se la rspuesta ggggggggggggggggggghgggggghhjj
Explicación:
no se
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