• Asignatura: Castellano
  • Autor: Anónimo
  • hace 3 años

El jefe indígena Rafael Lanz vivía en las cabeceras del río Kamuarán.
Siguiendo el consejo de los padres misioneros, que vivían en San
Francisco de Luepa, Rafael aprendió varias oraciones y se las enseñó
a sus hijos para que las recitaran todos los días: al amanecer y al
anochecer. Una de ellas decía: “Potoritó, Dios, Señor nuestro danos
las cosas buenas; aparta de nosotros todo lo malo; danos comida de
caza y pesca; alimento de lo que sembramos; que no nos muerdan las
culebras; que no caigan sobre nosotros los rayos; que el huracán no
derribe árboles sobre nosotros; que la creciente del río no arrase con
nuestras cosechas”… y se terminaba la oración con las palabras
mágicas: Anchirí Ke Iná Repaké…
Entre los hijos del indígena Rafael, había uno todavía muy pequeño,
llamado Antonio. El también rezaba como sus hermanos mayores, pero
como no entendía bien las palabras, en vez de decir Anchirí, que
significa ángel, decía T-ancehirí ke Iná Repaké, que quiere decir:
Señor, danos barba. En su inocencia el niño pensaba que tener barba
era una cosa muy interesante, pues la tenían los misioneros a quienes
él veía cuando ellos iban por allá.
Debido a ese cambio que Antonio hizo en su oración: T-ancherí por
Anchirí, los indígenas de la Gran Sabana comenzaron a tener barba,
desde sus 18 0 20 años. Yo me pregunto: ¿Les ha sucedido lo mismo a
otros indios en Venezuela?
(Contado por Raimundo Rodríguez, y recogido por Fray Cesáreo de
Armellada.)
1. Responde las preguntas:
1.1¿Qué título le pondrías a este
mito?
1.2¿Qué características del mito
están presentes en esta
narración? (revisa tus apuntes).
1.3 ¿Este mito explica la creación
de qué?

Respuestas

Respuesta dada por: hilaryaosta18
0

Respuesta:

estoy seguro

del un jefe de dios danos cosas nuevas

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