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Respuesta:
La educación superior de excelencia que se debe impartir en el siglo XXI exige que la cultura del emprendimiento se encuentre muy presente en los planes y programas de estudio universitarios, porque ese ámbito es el espacio ideal y propicio para incentivar a esos jóvenes ansiosos por diseñar, lanzar y mantener nuevos modelos productivos o de negocio que impacten positivamente en el entorno. En las universidades, los jóvenes emprendedores están convencidos, por su natural inquietud, de que sus ideas innovadoras significan progreso y desarrollo de calidad para el sector empresarial local y nacional. Tal es su energía creativa, que los fracasos no los consideran como tal, sino como simples aplazamientos superables para poder llegar al objetivo.
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