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Los derechos de las mujeres son necesarios para el desarrollo social y económico de Costa Rica. En la medida en que se fortalezca y consolide la igualdad y la equidad de género, la democracia costarricense se revitalizará y fortalecerá.
El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, así instituido por las Naciones Unidas desde el año 1975. Esta es una fecha propicia para recordar y agradecer a las grandes luchadoras que dieron su vida por el sufragio, por condiciones dignas de trabajo y por la igualdad en el país. Es un día importante para renovar nuestro compromiso con la integración de género y los derechos de las mujeres a través del trabajo que hacemos cada día, cada mes y cada hora del año. También es un día para valorar las luchas menos visibles aquí en Costa Rica y en todo el mundo que millones de mujeres realizan cotidianamente y en silencio.
Cada día escuchamos de casos de violencia doméstica, violación y feminicidio. Y ejemplo de esto ha sido la ambientalista y dirigente hondureña indígena, Berta Cáceres Flores, fiel defensora de los derechos humanos y que con sus luchas sociales y liderazgo se constituyó en una gran líder latinoamericana por el progreso social, la justicia y la protección del ambiente. La muerte de Berta nos golpea muy fuerte a todas y todos.
Mucho se ha logrado en el reconocimiento de la igualdad y ahora, como nunca antes, contamos con un marco jurídico internacional sólido. Sin embargo, la fortaleza de los postulados de estos instrumentos internacionales es casi proporcional a la debilidad en su implementación. Los datos mundiales señalan que el 64% de las personas adultas analfabetas son mujeres; todos los días más de 39 mil niñas y adolescentes son forzadas a contraer matrimonio; una de cuatro mujeres es abusada física o sexualmente durante su embarazo; las mujeres representan solo el 22% de los miembros de los parlamentos y el 8% de los gobernantes en el mundo.
Con frecuencia a nivel global, Costa Rica se presenta como un ejemplo a seguir: el país ha sido pionero dentro de la región en la promoción del acceso paritario de las mujeres a puestos políticos, las mujeres están más educadas y preparadas que nunca y representan la mayoría de personas matriculadas en estudios de secundaria y de educación superior, además, los servicios de salud han atendido casi la totalidad de los partos. Costa Rica cuenta con un movimiento feminista vital y con lideresas que se destacan no solo en el ámbito nacional sino también en el internacional. Sin embargo, el reconocimiento sin ambages de estos logros y conquistas, no debe impedirnos ver con claridad los retos y los desbalances que existen en el país; por ejemplo, de los 81 acaldes, solo 11 son alcaldesas, lo cual nos demuestra cómo la participación política es todavía un desafío político y social.
Hace pocos días el país se estremeció con el anuncio de un horrible crimen contra una mujer, sus hijas, su hijo y el padre de sus hijos, el cual fue cometido por el compañero sentimental de ésta. La noticia se sumó a las anteriores –y a las posteriores- sobre los feminicidios, pues –según un estudio de un medio de comunicación con base en estadísticas del Poder Judicial- cada año entre 2004 y 2014, un promedio de 32 mujeres murió a manos de sus compañeros sentimentales y en el 75% de los casos, las víctimas nunca reportaron maltrato ante las autoridades, ni presentaron denuncias formales. La violencia contra las mujeres y niñas, agravada por el no acceso a la justicia, es un componente de la realidad costarricense que es urgente erradicar. Su forma más trágica es la muerte, pero existen otras formas de violencia que se dan en el lugar de trabajo, en los medios de comunicación, en la calle, en los centros educativos. ¡Cero tolerancia al feminicidio y a la violencia contra la mujer! Tenemos que repetirlo fuerte y actuar todos los días cuando realizamos cada una de nuestras actividades.
Espero haberte ayudado