Respuestas
Explicación:
El crac del 29[1][2] fue la más catastrófica caída del mercado de valores en la historia de la bolsa en Estados Unidos, tomando en cuenta el alcance global y la larga duración de sus secuelas y que dio lugar a la crisis de 1929 también conocida como la Gran Depresión. Se suelen usar las siguientes tres frases para describir este derrumbe de las acciones: Jueves Negro, Lunes Negro y Martes Negro. Todas ellas son apropiadas, dado que el crac no fue un hecho de un solo día. La caída inicial ocurrió el Jueves Negro (24 de octubre de 1929), pero fue el catastrófico deterioro del Lunes Negro y el Martes Negro (28 y 29 de octubre de 1929) el que precipitó la expansión del pánico y el comienzo de consecuencias sin precedentes y a largo plazo para los Estados Unidos
Multitud reunida en Wall Street después del crac de 1929.
Fotografía de la Bolsa de Nueva York de 1932, después del colapso de 1929.
Este círculo vicioso se repetiría hasta la llegada de 1932.
Las caídas continuaron durante un mes. Los economistas e historiadores no están de acuerdo en qué rol desempeñó el crac en los eventos económicos, sociales y políticos posteriores. En Norteamérica, el crac coincidió con el comienzo de la Gran Depresión, un periodo de declive económico en las naciones industrializadas, y llevó al establecimiento de reformas financieras y nuevas regulaciones que se convirtieron en un punto de referencia.
En el momento del crac, la ciudad de Nueva York había crecido hasta convertirse en la mayor metrópolis de Estados Unidos y en su distrito de Wall Street eran muchos los que creyeron que el mercado podía sostener niveles altos de precio. Poco antes, Irving Fisher había proclamado: "Los precios de las acciones han alcanzado lo quele parece ser una meseta alta permanente".[3] La euforia y las ganancias financieras de la gran tendencia de mercado fueron hechas pedazos el Jueves Negro, cuando el valor de las acciones en la Bolsa de Nueva York se desplomó. Los precios de las acciones cayeron ese día y continuaron cayendo a una tasa sin precedentes durante un mes entero. 100 000 trabajadores estadounidenses perdieron su empleo en un periodo de tres días.[4]