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Mi madre me dijo que fuera a comprar tomates. Cuando llegué a la tienda el vendedor no estaba. Espere un rato pero ya se estaba haciendo de noche y el vendedor no venía. Me fui a mi casa y le expliqué a mi madre lo ocurrido. No podía creerse que el vendedor no apareciera. Y después de estar hablando con ella y con mi padre decidimos ir de nuevo a la tienda para ver si le había pasado algo al vendedor.
Cuando llegamos la policía y un montón de vecinos rodeaban la tienda. Preguntamos a los vecinos y nos dijeron que alguien había entrado en la tienda a robar y que la policía encontró a Jesús, el vendedor, atado en el almacén de la tienda. Lo habían amordazado para que no gritara y lo habían amenazado a punta de pistola.
Al día siguiente salió en el periódico, fue la primera noticia interesante que se oía en el pueblo desde hace años.