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El investigador Ayman Jawad al Tamimi, que ha reunido la mayor colección de documentos oficiales procedentes del Estado Islámico (EI), ha divulgado a través de su página web y del diario británico The Guardian un texto de 24 páginas titulado Principios en la administración del Estado Islámico que pretende ser una guía de los planes de la organización yihadista para la construcción de su proyecto de gobierno. Redactado, al parecer, entre junio y octubre del 2104 –es decir, tras la proclamación del califato en Mosul en junio-, el documento fue facilitado a Al Tamimi por un hombre de negocios.
Estos Principios son mucho menos reveladores de lo que cabría esperar , son más militares que políticos, no van al detalle y su redacción es particularmente farragosa. Pero destacan algunos aspectos:
-Los planes de construcción de un estado no señalan cuáles han de ser las fronteras de este, pero se centra exclusivamente en Iraq y Siria, los territorios en los que está luchando por implantarse. Hace referencia a un futuro establecimiento de relaciones diplomáticas con sus vecinos pero no habla en ningún momento de expansión territorial o de un califato mundial. Aunque pone el énfasis en la defensa del universo suní, se aprecia el carácter marcadamente político-militar e iraquí de la organización, encabezada desde su fundación por antiguos oficiales del ejército disuelto de Sadam Husein, con otro iraquí, un supuesto doctor del islam -sin conocimientos especialmente relevantes, según los especialistas- como cabeza político-religiosa, el autoproclamado califa Abu Bakr el Bagdadí. Se trata, en fin, de restituir los derechos perdidos por los suníes en Siria e Iraq.
-La organización reconoce la iniciativa privada como eje económico salvo en la excavación de bienes arqueológicos y la propiedad estatal del petróleo y el gas. Pretende organizar la vida en sus dominios mediante instituciones propias que se superponen a las ya existentes.
-La educación es la prioridad número uno para la construcción del Estado Islámico. Pero las cuestiones militares son las que más aborda el documento.
Los Principios están divididos en 10 capítulos, de los que destacaremos aquí algunos aspectos:
-Anuncio del califato islámico: Según los yihadistas, el anuncio del califato se produjo en el 2006, cuando los combatientes se dieron cuenta de la necesidad de un califa para “luchar contra los idólatras”, pero “América y sus aliados fueron capaces de destruir el proyecto en gran medida en Iraq” cuando provocaron el alzamiento de las tribus suníes. Estos combatientes a que se refiere son los miembros del entonces llamado ISI, o Estado Islámico de Iraq, que sucedió a Al Qaeda en Iraq (AQi) con Abu Musab al Zarqaui. Las tribus suníes cooptadas por EE.UU. en el movimiento Amanecer dieron la batalla a los yihadistas pero fueron marginadas y despreciadas por el gobierno chií de Bagdad encabezado por Nuri al Maliqi. Sin embargo, afirman, la rebelión en Siria les dio otra oportunidad de mantener a los revolucionarios en el marco de la yihad, al margen de veleidades nacionalistas o al servicio de los intereses de otros países, algo de lo que acusan al Frente Al Nusra, la rama siria de Al Qaeda.
-Organización de los individuos y los grupos: En el segundo año de la guerra en Siria, los crímenes del régimen de El Asad atrajo a voluntarios suníes. “Los primeros llegaron de los estados del Golfo y del Magreb árabe”, afirman. El objetivo ahora es integrar a las milicias de voluntarios extranjeros –que actuaban separadamente, en unidades propias- en las filas de los combatientes locales.
-Administración de los campos (militares): Este apartado no es especialmente interesante, salvo en lo que se refiere al “Campo de preparación para niños”, en el que además de adoctrinamiento intensivo se “seleccionan individuos destacados para misiones de seguridad, incluyendo puestos de control, patrullas y unidades de seguridad interior”.
“Si contempláramos hoy las fronteras del Estado Islámico y las fronteras de las regiones suníes, veríamos que han sido destruidas, asediadas y perseguidas, ya que están los chíies del sur de Iraq, los nusayris (alauíes) del oeste de Siria y los partidos comunistas kurdos del norte, y los drusos del sur”.