Respuestas
Respuesta:
Años más tarde, Acab llegó a ser el rey de Israel, y él y su pueblo eran inicuos y adoraban ídolos.
1 Reyes 16:29–33

Elías era un profeta de Dios y le dijo a Acab y a su pueblo que se arrepintieran, porque si no lo hacían, Dios les mandaría hambre. No habría agua y la gente no tendría qué comer.
1 Reyes 17:1

El rey Acab tenía una esposa llamada Jezabel, que no creía en Dios y mataba a los profetas, por lo que quería matar a Elías.
1 Reyes 16:31; 1 Reyes 18:13; 1 Reyes 19:1–2

Dios le dijo a Elías que se escondiera de Jezabel, y él se escondió cerca de un arroyo. Bebía agua del arroyo, y Dios mandó a los pájaros que le llevaran comida.
1 Reyes 17:3–6; 1 Reyes 18:4

Luego vino la sequía; no hubo más agua en el arroyo, y Elías no tenía nada que beber o comer.
1 Reyes 17:7

Dios le dijo a Elías que fuera a una ciudad donde conocería a una mujer que le daría agua y comida.
1 Reyes 17:8–9

Elías encontró a la mujer, que era viuda que vivía con su hijo. Elías le pidió agua y pan, pero la mujer le dijo que no tenía. Sólo tenía un poco de harina y aceite para hacer pan a su hijo.
1 Reyes 17:10–12

Elías le dijo que hiciera pan para él primero y que Dios le daría más harina y aceite y que tendría alimentos hasta que se pasara el hambre. La mujer le hizo pan.
1 Reyes 17:13–15

Elías comió junto con la mujer y su hijo y se quedó con ellos por muchos días. Dios los bendijo, y siempre tuvieron harina y aceite.
1 Reyes 17:15–16

Un día el hijo de la mujer se enfermó y murió; ella estaba muy triste.
1 Reyes 17:17–18

Elías tenía el sacerdocio, el poder de Dios, y oró pidiéndole que permitiera que el niño volviera a la vida.
1 Reyes 17:19–21

Dios escuchó la oración de Elías, y sucedió un milagro: el niño resucitó. Elías lo llevó donde su madre, y ella supo que él era un profeta de Dios.
1 Reyes 17:22–24
Respuesta:
Años más tarde, Acab llegó a ser el rey de Israel, y él y su pueblo eran inicuos y adoraban ídolos.
1 Reyes 16:29–33

Elías era un profeta de Dios y le dijo a Acab y a su pueblo que se arrepintieran, porque si no lo hacían, Dios les mandaría hambre. No habría agua y la gente no tendría qué comer.
1 Reyes 17:1

El rey Acab tenía una esposa llamada Jezabel, que no creía en Dios y mataba a los profetas, por lo que quería matar a Elías.
1 Reyes 16:31; 1 Reyes 18:13; 1 Reyes 19:1–2

Dios le dijo a Elías que se escondiera de Jezabel, y él se escondió cerca de un arroyo. Bebía agua del arroyo, y Dios mandó a los pájaros que le llevaran comida.
1 Reyes 17:3–6; 1 Reyes 18:4

Luego vino la sequía; no hubo más agua en el arroyo, y Elías no tenía nada que beber o comer.
1 Reyes 17:7

Dios le dijo a Elías que fuera a una ciudad donde conocería a una mujer que le daría agua y comida.
1 Reyes 17:8–9

Elías encontró a la mujer, que era viuda que vivía con su hijo. Elías le pidió agua y pan, pero la mujer le dijo que no tenía. Sólo tenía un poco de harina y aceite para hacer pan a su hijo.
1 Reyes 17:10–12

Elías le dijo que hiciera pan para él primero y que Dios le daría más harina y aceite y que tendría alimentos hasta que se pasara el hambre. La mujer le hizo pan.
1 Reyes 17:13–15

Elías comió junto con la mujer y su hijo y se quedó con ellos por muchos días. Dios los bendijo, y siempre tuvieron harina y aceite.
1 Reyes 17:15–16

Un día el hijo de la mujer se enfermó y murió; ella estaba muy triste.
1 Reyes 17:17–18

Elías tenía el sacerdocio, el poder de Dios, y oró pidiéndole que permitiera que el niño volviera a la vida.
1 Reyes 17:19–21

Dios escuchó la oración de Elías, y sucedió un milagro: el niño resucitó. Elías lo llevó donde su madre, y ella supo que él era un profeta de Dios.
1 Reyes 17:22–24
Explicación: