Respuestas
Respuesta:
Cuenta una antigua leyenda que hace muchos años los loros y las cacatúas, a pesar de ser parientes cercanos y vivir en el mismo bosque, se llevaban muy mal. De común acuerdo, la parte norte del bosque se la quedaron los loros y la parte sur las cacatúas. Deseoso de vivir aventuras planeó cruzar el bosque hasta divisar la playa, y una vez allí, decidir qué rumbo tomar. Salió de su hogar una cálida mañana de verano, justo después de amanecer, y recorrió volando su querido bosque norte.
«Esta parte del bosque le pareció más frondosa y mucho más silenciosa que la mitad norte, siempre repleta de loros venga a parlotear todo el santo día.
¡Aquí es!
Sigilosamente se acercaron a una laguna cubierta de extrañas plantas acuáticas completamente desconocidas para el loro. En menos que canta un gallo hizo un plumero de lo más chic y lo colocó sobre la cabeza del loro. La hora de la siesta está llegando a su fin y de un momento a otro el bosque sur se va a llenar de animales.
¡Te prometo que lo haré!
En medio de una confusa mezcla de alegría y tristeza, el loro y la cacatúa se despidieron. Tras el parón de la comida y la siesta, el bosque volvió a llenarse de vida. Se formó un gran jaleo y el loro disfrazado tuvo que esforzarse por mantener la calma y sacar a relucir sus dotes de actor. Sin borrar la sonrisa de la boca e imitando los gestos y la grácil forma de moverse de las aves blancas, fue recorriendo el bosque sin que nadie se percatara de que era un impostor.
Y así, controlando sus temores, consiguió dominar la situación y llegar al muro que ponía fin al bosque sur.
Explicación paso a paso: