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¿ME DARÍAS UNA CORONITA? Me ayudaría
En el cuento breve e intenso del célebre etnólogo y escritor indigenista
peruano: José María Arguedas (1911-1969);"Warma Kuyay" (Amor de Niño),
observamos muchos elementos pertenecientes a la cosmovisión andina.
Desde el título el autor decanta los límites y frente a ellos toma partido.
Arguedas se coloca en el ámbito de la "otredad", al escoger la lengua del "otro";
la lengua marginada y desprestigiada entre los que detentan el poder; la lengua
quechua frente a la castellana, y es desde este lugar en sombras que nos
presenta su mensaje desgarrado.
El título quechua del cuento nos abre en efecto, una ventana al universo
quizás fascinante y mágico, tal vez perturbador y avasallador de lo andino- esto
depende obviamente, de la perspectiva desde la que se lea - Al emplear en el
título del cuento el quechua; la más importante de las muchas lenguas marginadas
del Perú, Arguedas nos invita a adentrarnos al mundo de la "otredad", al terreno de los
desposeídos y marginados de la sociedad; los olvidados habitantes de los Andes
peruanos. El título también nos impele sutilmente al mundo inocente y en formación de
la infancia y adolescencia .
Este cuento refleja muy bien la importancia del espacio personal y de la subjetividad
en la etapa de la adolescencia en general y dentro de esta subjetividad creciente, el
despertar del amor en particular.
El amor como un constructo universal unirá en el caso concreto del cuento los dos
mundos en permanente discordia en el Perú escindido de Arguedas-que
lamentablemente no ha variado en lo sustancial -; el mundo inmenso e ignoto o mal
conocido y sin embargo definitivamente despreciado, asociado a lo andino y por lo
tanto lo marginal y el mundo minúsculo que controla el poder, identificado con la visión
occidental de la vida; el sector de la sociedad que heredó a través de los años el poder
y la sangre de los españoles.
NIVEL LINGÜÍSTICO
A nivel lingüístico constatamos que la lengua quechua no sólo está presente en
el título, sino también en el nombre de algunos personajes; Kutu, Zarinacha, por
ejemplo, en el uso de diminutivos que semánticamente denotan afecto: Ninacha,
Pedrucha, Justinacha, Justinita, Justinay, Anitacha y Kutucha, mamaya, en el empleo
de numerosas palabras quechuas ya sean topónimos o sustantivos tales como:
Sausiyok, Chawala, tayta, Witron, mak'tasu, Wayrala, Viseca, Chacralla y Sondondo.
También en el nivel lingüístico, es posible identificar en "Warma Kuyay", la
pronunciación de los quechua-hablantes cuando se expresan en castellano; por
ejemplo cuando Kutu dice de sí mismo :"endio" y refiriéndose a la profesión futura de
Ernesto "abugau". Como en quechua hay solamente tres vocales frente a las cinco
vocales castellanas, es del todo natural que no sea fácil para un quechua-hablante, en
este caso, hacer la discriminación de los sonidos vocálicos que poseen alguna
semejanza entre sí: e/i y también o/u. Las vocales castellanas son siempre núcleo de
sílaba y por tanto son muy sonoras, su pronunciación es marcada y clara; es decir, la
pronunciación imprecisa de una vocal castellana es un error evidente. Incluso ahora,
los quechua-hablantes del Perú que emigran a Lima, capital altamente centralizada, y
que al hablar castellano no discriminan los sonidos de todas las vocales, son
inmediatamente estigmatizados como "indios", aun cuando en muchos casos sean
en realidad mestizos.